Nicolás Dujovne: "La recesión en la Argentina ha terminado"
- 27/02/2017 09:09 hs
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El ministro de Hacienda señaló que en el cuarto trimestre de 2016 "la economía se expandió". Dijo que piensan que es el inicio de un proceso "muy sostenido de crecimiento".
Frente a las dudas que algunos plantean, es tajante: "En la Argentina la recesión ha terminado". El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, sostiene que en el cuarto trimestre de 2016 "la economía se expandió" respecto del precedente y que fue el primero con crecimiento "después de cuatro de contracción".
En una entrevista con LA NACION, emitida anoche en el programa Comunidad de negocios, por LN +, destacó el impacto que tendrá en el país el despegue de la economía de Brasil. Y opinó que la conflictividad de marzo tendrá más que ver con que hay "sectores que quieren que le vaya mal al país" y actúan en un año electoral que con la realidad económica.
Entre sus logros enumera el programa fiscal para los próximos tres años y el cambio en la forma en que se presentan los números. "Al ex ministro Prat-Gay le tocó resolver cuestiones muy urgentes, como el cepo cambiario, el default, comenzar el reordenamiento y funcionamiento del Ministerio de Hacienda y Finanzas. Creo que lo hizo de una manera muy profesional y que facilitó claramente mi tarea", resume ante la consulta sobre su antecesor.
-¿Cómo se lleva con un Ministerio de Economía tan fragmentado?
-Si uno mira las últimas presidencias de la Argentina desde que hemos recuperado la democracia, ningún presidente tuvo dificultades en aprobar en el Congreso su ley de ministerios. Es decir, cada presidente eligió el formato que quiso para funcionar con la cantidad de ministros que quiso. El Poder Ejecutivo en la Argentina se ejerce de manera unipersonal y los ministros somos secretarios del presidente. Creo que hoy funcionamos de esa manera. Además, si uno revisa la historia y se aferra al pasado, va a encontrar superministros con enormes fracasos. Yo diría que esta estructura obliga a mucho consenso, mucha reunión, pero también genera la posibilidad de ir enriqueciendo el trabajo con la visión de los compañeros del gabinete. Y finalmente está claro que quien toma las decisiones es el presidente de la Nación.
-¿En qué momento arrancará la economía?
-En la Argentina la recesión ha terminado. Ya terminó. En el cuarto trimestre la economía se expandió respecto del tercer trimestre de 2016. Es el primer trimestre en el que la economía crece respecto del precedente, después de cuatro trimestres de contracción. El primer trimestre en el que la economía se contrajo respecto del precedente fue el cuarto de 2015. Luego tuvimos contracciones sucesivas, y en el cuarto trimestre de 2016 tuvimos un crecimiento muy sólido, cuando se expanden tanto la inversión como las exportaciones y el consumo. Pensamos que ése es el inicio de un proceso muy sostenido de crecimiento, que va ir ganando fuerza y tracción a lo largo de 2017.
-En 2016 se hablaba también de una mejora a partir de determinados datos, como los despachos de cemento, que luego retrocedieron. ¿Qué hace que ahora sea una tendencia y no algo que pueda cambiar el próximo mes?
-Bueno, si uno mira los componentes de la oferta y la demanda, lo que ve es que en este momento la expansión abarca todos los componentes de la demanda agregada. Del lado de las exportaciones, en los últimos tres meses tenemos una recuperación muy importante de nuestras ventas a Brasil, después de muchos años de debilidad. La estabilización de la economía brasileña está permitiendo que las empresas argentinas vuelvan a exportar a nuestro principal socio comercial.
-¿Brasil va a crecer más este año?
-Sí, venimos de dos años de una caída violenta de la economía brasileña. Entonces, por más que sea una recuperación moderada, eso ya es muy importante para nuestros productores que le venden a Brasil. En segundo lugar, empezamos a recoger los frutos de la política que adoptó el Gobierno apenas asumió con respecto al agro. En el cuarto trimestre, uno de los componentes muy importantes en la recuperación de la economía argentina tiene que ver con todo lo que gira alrededor del trigo, donde fuimos a una cosecha récord histórica. Vamos a tener además una cosecha récord en 2017: vamos a acercarnos, probablemente, a los 125 millones de toneladas. Con lo cual, las exportaciones van a tener un año muy expansivo.
-¿Qué pasará con la inversión?
-Del lado de la inversión, ya en el cuarto trimestre vemos una recuperación muy importante respecto del tercero en el campo, en el sector energético, en inversiones vinculadas al sector de servicios. Las importaciones de bienes de capital en enero crecen muy fuerte con respecto al año pasado. La construcción, que fue uno de los sectores que empujaron para abajo en 2016, se empieza a recuperar no sólo por el componente del sector público, sino por la construcción privada.
-¿En qué lo ven concretamente?
-En los distintos índices. En el Construya, en despachos de cemento, aunque es cierto que en los distintos meses hay volatilidad. Por ejemplo, los despachos de cemento dependen mucho de cuántos días de lluvia tiene cada mes, pero hay un proceso inexorable de recuperación. Lo vemos en el empleo en la construcción. Luego, en el consumo, con las bajas que estamos viendo en las tasas de inflación, vamos a un año de recuperación del salario real, que ya comenzó en el tercer trimestre del año pasado, cuando los salarios reales empezaron a crecer con respecto a la primera parte de 2016. Eso se viene sosteniendo. Tenemos el consumo, la inversión y las exportaciones en un proceso de crecimiento. La economía este año se va a expandir por encima del 3%, seguro. No sabemos si será 3,5 o 4%, pero es un proceso que ya se ha iniciado y que pensamos que se va a sostener por muchos años.
-El presidente del Banco Central se refirió a que vienen meses delicados en materia de inflación...
-Yo volvería aun un poco más suave la expresión, porque vamos a tener tres meses con una tasa de inflación un poquito más alta que la que tuvimos en diciembre y en enero probablemente, pero específicamente por la suba de algunos precios regulados. La suba de la electricidad en febrero y la del gas en abril. Ambas subas pautadas en las audiencias que se llevaron a cabo a final del año pasado, necesarias para seguir normalizando los precios de los servicios públicos, que, si no, demandan una masa de recursos fiscales que impide bajar el déficit y bajar la inflación.
-Entonces ¿por qué son tan optimistas?
-Es que, más allá de eso, la inflación subyacente va a seguir una trayectoria descendente, porque el Banco Central lleva adelante una política responsable, porque la política fiscal también tiende a la normalización y a la reducción del déficit y a la reducción del financiamiento monetario desde el Banco Central hacia el Tesoro. A mí no me extrañaría que en el segundo semestre veamos tasas de inflación sustantivamente inferiores a las que estamos viendo incluso ahora, antes de que se vea el impacto de los precios regulados, porque la política monetaria del Banco Central tiene efectos rezagados.
-De unos seis meses, ¿no?
-Más o menos. Con lo cual, la tasa de inflación núcleo en el segundo semestre va a ser mucho más baja que lo que estamos viendo ahora. Es probable que veamos una tasa de inflación en la segunda parte del año por debajo del 1% mensual, con lo cual la meta del 17% que tiene el Banco Central es absolutamente realista.
-Tanto Sturzenegger como usted sostienen que no hay atraso cambiario. Varios industriales piensan distinto...
-La Argentina tiene, afortunadamente, un tipo de cambio flotante, y si fuera flagrante que el tipo de cambio está atrasado, habría un aumento de la demanda de dólares y los especuladores, que juegan su rol en la economía, hoy estarían comprando divisas a un ritmo muy superior al que lo están haciendo. Eso no está ocurriendo y nos da la pauta de que lo que vemos en el mercado cambiario es normal.
-El tema de fondo es la competitividad...
-Si miramos las batallas que está dando el Gobierno para bajar los costos portuarios, que se han eliminado algunas tasas vinculadas con servicios que no se prestaban, lo que ha hecho el Gobierno con las ART, donde se empieza a atacar el costo de la litigiosidad laboral, la mejora de infraestructura, la baja en el precio del transporte una vez que el ferrocarril Belgrano funcione adecuadamente... Bueno, hay que mirar un poco la competitividad sistémica, agregar lo que ha ocurrido con la tasa de interés en dólares. La Argentina paga hoy la tasa de interés en dólares más baja de su historia. Ése es un componente muy importante para el comercio exterior, que se financia en moneda extranjera. Si uno tiene una mirada sistémica, de ninguna manera puede decir que estamos peor que hace un año. Estamos mejor, queremos estar muchísimo mejor, pero tampoco podemos hacer todo a la vez.
-Desde la micro hay casos puntuales, como el cierre de dos plantas de Atanor o el anuncio de despidos en Banghó a partir de algunos cambios de reglas. ¿Cuál es su opinión?
-En el caso de la informática, donde el Gobierno decide llevar el arancel a cero, la Argentina no produce los componentes que van dentro de las computadoras. Si ponemos aranceles e impuestos altísimos para armar en la Argentina y cargar un sobrecosto altísimo, generamos un costo para todas las pymes, los profesionales independientes y las empresas que usan la informática como un insumo elemental. Además, bajo el esquema anterior, 60% de las computadoras portátiles se compraban fuera del país pagando cero impuesto cuando la gente viajaba. Más allá del problema puntual con alguna empresa, ésta es una medida que genera competitividad sistémica y empleo en el sector en términos netos. El Gobierno estima que con esta medida se crearán 15.000 puestos de trabajo.
-¿O sea que el impacto macro será positivo?
-Hay que tener mucho cuidado cuando uno analiza las medidas, no sólo mirar lo que se pierde, sino también lo que se gana. El proteccionismo excesivo a veces se enfoca en defender algo pequeño y conocido, y con eso resignamos generar algo muy grande que todavía no conocemos. En este caso, se van a volver a instalar en la Argentina empresas internacionales de provisión de productos informáticos, se va a dar servicio de posventa, que no se daba porque eran computadoras compradas fuera del país. Acá vamos a ver un cambio enorme que va a permitir a los argentinos tener bienes a precios más accesibles, y eso mejora la competitividad de nuestro país.
-¿Reducir el déficit es su principal desafío?
-El principal desafío es generar un entorno macroeconómico con el que el país pueda crecer, crear empleo y derrotar la pobreza. Que la Argentina pueda crecer por 20 años a un ritmo sostenido y que se convierta en un país desarrollado sin pobreza. En los últimos 40 años, sólo en dos ocasiones el país creció durante cuatro años consecutivos: a comienzos de los 90 y a comienzos de los 2000. En ambas ocasiones fue con programas económicos que terminaron explotando por el aire. Lo que queremos es poner en marcha un programa de crecimiento sostenido que lleve a la Argentina a la prosperidad sobre bases permanentes. En ese contexto, la política fiscal jugó un rol relevante. Lo que queremos es un sendero gradual de reducción del déficit. Porque el déficit se financia de dos maneras: emitiendo dinero o emitiendo deuda. Cuando uno emite dinero, genera inflación, y eso no lo queremos. Y transitoriamente estamos emitiendo deuda para financiar el déficit sin inflación, pero eso tiene un período de vencimiento. Tampoco podemos acumular tanta deuda.
-¿Será de manera gradual?
-Tenemos un sendero gradual de reducción del déficit, que combina el objetivo de no someter la economía a un estrés muy grande con lo fiscal, pero necesitamos reducir el déficit. Reduciendo el déficit y bajando la inflación la economía se normaliza, se parece a la de los demás países, se inmuniza contra las crisis. En las crisis es donde la Argentina ha generado nuevas camadas de pobres, que después es imposible o muy difícil sacar de esa situación.
-El Presidente tuvo una exitosa gira por España la semana pasada. ¿Cree que esto se va a traducir en mayores inversiones?
-Yo creo que sí. Tampoco hay que hacer una relación unívoca y directa: un viaje, tantas inversiones. Es algo que se construye en el tiempo. La Argentina tiene que construir un esquema económico estable, predecible y generar un ámbito en el cual haya apetito por invertir en el país. Buena parte de lo que vamos a ver en términos de inversiones en 2017 tiene que ver con medidas, con viajes, con conversaciones que se hicieron en 2016.
-Marzo arranca con medidas de fuerza anunciadas por docentes, movilizaciones de la CGT. ¿Les preocupa un escenario de mayor conflictividad?
-Es curioso que todo este escenario de conflictividad se dé cuando la economía ha empezado a dar señales inequívocas de que se está recuperando. El año pasado pasamos por momentos difíciles para los ciudadanos. En el primer semestre tuvimos que tomar medidas que eran necesarias para evitar una megacrisis, para no convertirnos en Venezuela. Ahí, gran parte de la dirigencia política, de la oposición, nos acompañó con mucha responsabilidad y estamos muy agradecidos por eso. Cuando la economía empieza a recuperarse y se empiezan a crear empleos a un ritmo sostenido, de más de 20.000 puestos de trabajo formales por mes, vemos que algunos sectores de la oposición bien definidos empiezan a adoptar una actitud más agresiva.
-¿A qué se refiere concretamente?
-Son sectores que quieren que le vaya mal al país porque quieren que le vaya mal al Gobierno, porque ven que se están jugando muchas cosas en las elecciones de este año. Tenemos elecciones legislativas en las que el país tiene la chance de empezar a dar vuelta la página y salir de esta Argentina populista, autoritaria, prebendaria, y generar un esquema moderno, inclusivo, de prosperidad, y que este gobierno finalmente se afiance. Creo que hay sectores que ven este momento en el que la economía empieza a andar mejor como la última chance de debilitar al Gobierno para debilitar la economía. Pero eso no va a ocurrir, porque el proceso que vemos tiene raíces muy sólidas.
-¿Cómo planean resolver la mayor conflictividad?
-Creo que este gobierno tiene una gran ventaja y es que piensa en el largo plazo. Es un gobierno que no toma medidas llevado por la ansiedad, sino que está dispuesto a pagar costos de corto plazo en pos de beneficios de mediano y largo plazo. Es la antítesis de lo que hacen los gobiernos populistas. Cuando llega el largo plazo, se termina el populismo. Este gobierno está dispuesto a mirar al mediano y largo plazo, y por eso seguimos avanzando con nuestra política monetaria, nuestra política fiscal, con nuestro programa macroeconómico, que es bien sólido y bien definido, independientemente de los movimientos que hace la oposición. Nosotros pensamos que ésa es la manera de generar prosperidad, empleo, crecimiento, mejora en los salarios reales. Todo eso no lo podemos alterar por el calendario electoral.