El ministro de Hacienda habló con Infobae sobre el estado de la economía argentina y adelantó sus planes para el futuro. “Empezaremos a encarar una reforma tributaria junto con una reestructuración de la administración pública”, aseguró
El lugar: la sala de recepción en el 5º piso del Palacio de Hacienda, en el interior del gran despacho que da a Paseo Colón. Al ministro se lo nota descontracturado, distendido, amable en el trato como siempre lo ha sido en la actividad privada y con una sonrisa que lo caracteriza. Está contento y lo transmite. Su nuevo equipo, conformado por Rodrigo Pena, Sebastián Galiani, Guido Sanderlis y Ariel Sigal. La entrevista fue muy corta -sólo 25 minutos- pero sin interrupciones y con un ministro contestando todo lo que se le preguntó. Antes, desde muy temprano, habían pasado otros medios gráficos. Su rostro no denotaba cansancio, muy por el contrario. Cuenta en privado que el lunes anterior -después de las 9 de la mañana- lo llamaron el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y los vicejefes Mario Quintana y Gustavo Lopetegui. El líder de la tríada le preguntó en donde estaba, el contestó que en Punta del Este hasta el 10 de enero pero le preguntaron si quería asumir como ministro de Hacienda. "Les dije que sí, me tomé el primer avión a Buenos Aires y aca estóy".
-¿Como evalúa la gestión de Alfonso Prat-Gay?
-Alfonso Prat-Gay hizo una gran tarea para salir del cepo cambiario, para salir del default. La tarea que cumplió Alfonso para ordenar la economía fue muy importante, pero ahora nosotros tenemos una tarea diferente que nos pidió el presidente Mauricio Macri. Esto es recaudar equitativamente y eliminar los impuestos distorsivos que frenan el crecimiento de la economía. El año pasado fue un año muy difícil en el que se pagaron los costos de la devaluación y del pasaje a precios. Hubo un costo para el consumidor por la suba de las tarifas de los servicios públicos y eso hay que tomarlo en cuenta
-¿Cuáles son esos impuestos distorsivos que hay que reducir o eliminar
-Por ejemplo, los impuestos al trabajo que frenan la creación de empleo y el impuestos a los ingresos brutos, que se cobra en cascada y afecta a toda la actividad productiva y que recaudan las provincias, que son las que lo pusieron. Estamos estudiando la posibilidad de reducir esos impuestos. En el tema de reducción estamos viendo el IVA y el impuesto al cheque, que son impuestos que también afectan la actividad productiva; en particular el primero, que tiene un valor muy alto en relación a lo que recauda.
-¿Cuáles serán los primeros impuestos distorsivos que eliminarán?
-Los del trabajo se redujeron en 1996, pero no lograron su cometido y ahora el empleador paga más impuestos que en ese momento. Por eso el presidente Mauricio Macri nos pidió reducirlos para aumentar el nivel de empleo y en eso estamos. Me preocupa mucho el impacto que tienen los impuestos al trabajo. Los ingresos de los que trabajan en el sector informal de la economía son la mitad de los que lo hacen en el sector formal. Y esto sin contar que los primeros no tienen protección en caso de despido, ni tienen obra social. Éste un objetivo importantísimo: una reforma tributaria integral que incorpore más trabajadores al sistema formal, por motivos de equidad y de aumentar la base de recaudación impositiva.
-¿Son más altos que en esa época los aportes de los empleadores?
-Sin duda, los aportes patronales que deben hacerse al Estado por cada trabajador son altos con respecto a los niveles que se registran en el resto del mundo y explican, en parte, por qué la Argentina tiene hoy 35% de empleo negro. Empezaremos a encarar una reforma tributaria junto con una reestructuración de la administración pública reduciendo secretarías y subsecretarías y unificando objetivos y tareas.
-¿Por qué decidieron eliminar la devolución del IVA a las compras de menos de 1000 pesos con tarjeta de débito?
-La medida tenía un elevado costo fiscal y no cumplía su propósito de desalentar el uso de efectivo. Se beneficiaba a un solo sector de la sociedad que no lo necesita. Y debemos considerar el estímulo para los jubilados y pensionados con la mínima, y los beneficiarios de la asignación por embarazo y la AUH del 15% de reintegro del IVA para compras con débito y que seguirá vigente hasta el próximo 31 de diciembre. A eso queremos apuntar, a que la devolución del IVA la reciban los más necesitados. No creo que sea una medida que vaya contra la bancarización y el menor uso de dinero físico que está encarando el BCRA.
-¿Le preocupa el déficit de las empresas públicas?
-Lo que me preocupa es el déficit que generan CAMESA y Enarsa que son las principales causantes de ese déficit que llega a unos 50.000 millones de pesos. En la medida que se resuelva el problema energético, ese déficit se irá reduciendo, el resto está controlado pero hay que seguir el tema siempre. Los pilares del recorte serán el reordenamiento del gasto en la administración pública y en las empresas del Estado, la rebaja de subsidios a la energía y el transporte por la suba de tarifas y un mayor crecimiento económico, para generar más ingresos y reducir el déficit.
-¿Cree que es necesario que el Gobierno prorrogue el acuerdo del Programa de Precios Cuidados que finaliza el próximo viernes 6 de enero para seguir bajando la inflación?
-Los Precios Cuidados han sido un buen instrumento para bajar la inflación pero abarcan una base reducida, sólo unos 500 productos. Por ahora no estoy al tanto de si seguirán o no porque eso es una función del ministro de Producción Francisco Cabrera y del secretario Miguel Braun y todavía no hablé con ellos sobre su prórroga en este año, pero hasta ahora han dado un buen resultado.
-¿Está de acuerdo con el programa monetario del BCRA para bajar la inflación este año?
-El Banco Central es independiente y nosotros tenemos que dar una política coherente con sus objetivos. Hay algunas decisiones, en las que participamos nosotros, que influyen sobre la baja inflación: en el largo plazo, menos déficit y más prudencia en el gasto tiene consecuencias macroeconómicas; y en el corto plazo, podemos opinar sobre cómo ir distribuyendo el ritmo de normalización de algunos precios relativos. Según la última Carta Orgánica del BCRA, el Central tiene dos objetivos: preservar el valor de la moneda y acompañar a la actividad productiva para que la economía crezca y esos objetivos se están cumpliendo. Como manifesté en la conferencia de prensa del viernes pasado, el valor del dólar está controlado. Por otra parte el mayor ingreso de dólares por el éxito del blanqueo generará más depósitos en el sistema financiero y eso incrementará el crédito en el país. Los números de la AFIP muestran que hay casi un 20 % del PBI de dinero que generaba crédito en el exterior que ahora los generará acá para aumentar la producción y el consumo y estamos empezando a crecer.
-¿Cuáles son los indicadores que le permiten ver que se está empezando a crecer?
-El PBI del cuarto trimestre mostrará un aumento con respecto al tercero. Pero las comparaciones interanuales mostrarán caídas. Creo que la economía tendrá una modesta expansión respecto al tercer trimestre y que nos mostrará que en 2017 vamos a crecer. El último trimestre del año pasado será el primer trimestre de crecimiento luego de cuatro años consecutivos de bajas. En primer lugar, el estimador mensual de actividad económica de octubre no cayó con respecto al mes precedente y se ve a partir de noviembre una mejora. Las exportaciones en cantidades crecen 19% año a año y tenemos el cuarto mes consecutivo de subas en las exportaciones industriales, algo que no se veía hacía cuatro años. Hay ventas positivas en términos interanuales de cemento, producción de autos y consumo. Entre agosto y octubre se crearon 36 mil puestos cuando entre febrero y julio hubo destrucción de empleo. Los salarios reales aumentan desde agosto y en noviembre registraron una suba importante. La economía dejó de ir para abajo, claramente, y eso ya se nota.
-¿Es factible ,como usted escribió en alguno de sus artículos, volver a pedir dinero al FMI para endeudarse a tasas más bajas?
-Eso fue hace unos meses y sólo había contemplado la opción de tomar un préstamo del FMI para el caso de que se complicara la situación financiera internacional. Pero eso no sucedió. En las últimas semanas, después del sacudón post-Trump, la liquidez volvió a ser fluida y la Argentina tiene unas de las tasas en dólares más bajas de la historia. Las tasas de largo plazo, que habían subido, han vuelto a los mismos niveles pre-Trump; y las del tramo corto hasta se han reducido. La liquidez ha vuelto a los mercados. Por eso pensamos que vamos a poder completar nuestro programa financiero en el mercado internacional y local.
Infobae