El Indec midió una contracción de 5,9%, en comparación con un año antes cuando había aumentado 4,1 por ciento
El Estimador Mensual de Actividad Económica profundizó en el comienzo del segundo semestre la brusca recesión que empezó a transitar desde fines de marzo, cuando con la normalización de las tareas luego del receso estival, el PBI se había estancado, y desde entonces ingresó en una creciente faz contractiva.
Después de anotar sendas bajas de 2,8% y 2,7% en abril y mayo,siempre en comparación con un año antes, en junio contracción de la generación de riqueza por el conjunto de los residentes se acentuó a 4,7% y ahora en julio se aceleró a 5,9%, la más intensa desde julio de 2009, cuando había bajado 6,8 por ciento.
La serie del Indec del EMAE ajustada por factores estacionales también acumuló en julio cuatro meses consecutivos de receso, ahora 0,4%, aunque en los casi 8 meses del nuevo gobierno sólo se anotaron modestos repuntes en diciembre de 2015 0,5% y marzo 0,7%, en comparación con el mes previo.
El Indec mantiene la práctica de años anterior de no explicar los factores que determinaron la peor recesión en siete años.
Cabe destacar que un año antes, en plena campaña electoral, el Indec había registrado un crecimiento de la actividad del 4,1%, aunque con muy pobre impacto sobre el empleo.
9 DE 11 SECTORES DERRUMBARON EL PBI EN JULIO
Sin embargo, de las estimaciones privadas, como la del Estudio Orlando Ferreres, se desprende que nueve de 11 grandes sectores de actividad explicaron la contracción del PBI.
Fueron los casos de construcción 16%; agro 7%; comercio 6,8%; intermediación financiera 6,7%, industria 6,4%, actividad inmobiliaria y empresas de alquiler 2,2%; industrias extractivas 2,1%; transporte y comunicaciones 1,8% y administración pública 1,5%. Las excepciones fueron la generación de energía, gas y agua, servicios sociales y de salud, con modestos aumentos de 0,3% y 0,1%, respectivamente.
Pese a ese resultado, los economistas y más aun en el Gobierno esperan un punto de giro en la actividad agregada en el cuarto trimestre, a partir delimpulso de la obra pública, que registró entre junio y agosto récord de licitaciones; el mejor clima de negocios en el mercado bursátil y la tonificación que acusan la demanda de bienes registrables como automotores y venta de inmuebles, más la estacionalidad favorable del movimiento de una abultada cosecha gruesa, que posibilitó pasar en agosto de un déficit comercial de USD 301 millones en 2015 a USD 705 millones, ahora, entre otros factores.