Aunque ya ha realizado varios papeles en otras ficciones, Nicolás Furtado saltó a la fama con sus personajes de El Bicho en Educando a Nina (Telefe) y Diosito en El Marginal (TV Pública).
Para armar uno de sus personajes, el actor se entregó por completo para interpretarlo: no solo se rapó y se puso una dentadura postiza, sino que también llegó a dormir en una plaza, tapado con cartones, y entró a la Villa 31.
"El día anterior al casting dormí en una plaza, con unos cartones para poder meterme en ese lugar con esa energía. Yo tengo que sentir, uno se puede imaginar las cosas, pero los verdaderos sentimientos te los dan las vivencias", señaló en una entrevista con Clarín.
Luego contó sobre su experiencia dentro de la Villa 31: "Me metí en la Villa 31. Entré por unos de los pasillos que están pegados a Retiro. Fui caracterizado como el personaje. Me compré un churro y entré comiéndolo. Habré estado unas dos horas o capaz fueron menos, pero me pareció mucho. Sobre todo cuando empecé a hablar con gente de ahí que al principio me pareció amigable y después ya no tanto. Se me complicó un poco salir, me relacioné con gente que manejaba el tema de las drogas".