La actriz contó que grabó escenas del film con seguidores de la cantante y que ella se transformó en una especie de mediadora.
El 15 de septiembre se estrena la película Gilda, no me arrepiento de este amor, y en el marco de la promoción del lanzamiento, Natalia Oreiro habló del proceso creativo del film.
En una entrevista con la revista Viva, la actriz reveló cómo fue grabar algunas escenas con los fans de Gilda, que la pusieron a ella en un lugar de mediadora.
"El rodaje fue muy intenso porque participó mucha gente que trabajó con ella. También los fans, que hicieron de público. Había mucha transferencia con ellos. Cuando me veían personificada era como una médium de ella. Me decían '¡volviste!', llorando, o me pedían que los tocara para curar una diabetes, por ejemplo", reveló. Consultada sobre si ella hacía caso al pedido, dijo que sí. "Dejé que fluyera, sí. Sí", reafirmó.
Otro de los temas que tocó es su decisión de parar ahora seis meses para poder dedicarse de lleno a su hijo Merlín Atahualpa y su gusto por el campo. "A Ata y Ricardo le gusta mucho el campo. Tenemos uno en Carmelo. Nos encanta estar ahí", comentó.
Al escuchar esto, el periodista le recordó que en algún momento ella había querido comprar una isla para cuando se retire de su carrera, y Oreiro reveló: "Hasta averigüé cuánto costaba una en Brasil. Pero sí, el campo la reemplazó. Cuando era chica dibujaba un círculo y un puntito en medio. Y decía que era mi isla y yo, el puntito, ahí sola. Me gusta la soledad, pero ahora tengo una familia...".