Lejos de la vorágine mediática, los videos hot, la tele y los escenarios. Cerca del clima cosmopolita universitario, el veranito neoyorquino, el fitness, la música y los amigos. Así es la vida hoy de la bella Silvina Luna , surgida del recordado Gran Hermano 2001 en donde su personalidad y figura le valieron un lugar entre lascelebrities locales, que ella supo mantener. Ya venía gestando un cambio cuando descubrió su vocación como DJ pero ciertas cuestiones precipitaron su necesidad de alejarse. Después de su separación en marzo de Manuel Desrets, con quien estaba hacía cuatro años, la actriz decidió dar un vuelco y salir de la zona de confort en busca de aventuras. Las reporta con especial sensualidad a través de su cuenta de Instagram.
-¿Cómo decidiste viajar y cuál fue el motivo?
-Siempre había querido venir a vivir un tiempo a Nueva York, amo la ciudad, y por diferentes cosas no se había dado. Por estar en pareja, compromisos de trabajo, lo que fuera. Pero justo terminé la obra Algunas mujeres a las que le cagué la vida (con Pablo Rago) y me separé. Coincidieron algunas cuestiones más y dije me voy. Aparte tengo una amiga que está acá hace más de 15 años, otros amigos, así que quería hacerlo.
-¿Es cierto que no volvés más?
-No tengo fecha de regreso, vivo el presente. Y si bien tengo algunos compromisos para fin de año, una propuesta para hacer una comedia y trabajos que ya había aceptado como modelo y DJ, pienso en la posibilidad de volver después de eso todavía un tiempo más acá, quizás quedarme, conseguir visa de artista, ahora tengo la de estudiante. Pero la verdad no estoy enfocada en lo laboral, sino que vine a disfrutar, a aprender, a inspirarme, a abrir la cabeza y crecer. Encontrar nuevos rumbos y encontrarme a mí misma de manera diferente. No me cierro a ninguna posibilidad. Yo digo que me sirvieron más estos meses de estar acá que dos años que hice de psicoanálisis. Desde acá veo las cosas desde otro lugar, estoy muy feliz.
-¿Cómo es tu vida de alumna?
- Estoy en una de las mejores universidades acá, la New York University. Así que me puse las pilas y soy buena, me sorprendí yo misma. Eso sí, salgo cansada. Voy de lunes a viernes de 9 a 15 y comparto las clases con personas de nacionalidades diferentes que quieren aprender el inglés nativo a nivel intensivo. Vivo con una chica israelí que casi no veo porque trabaja todo el día, hace cine, conozco gente distinta todo el tiempo, es muy divertido. El clima es perfecto, puedo pasear y disfrutar mucho de la cuidad.
- Y en este conocer gente nueva puede aparecer un amor.
- Ahora estoy sola, no estoy en pareja, con Manuel se terminó la relación, estamos en caminos distintos y quiero enfocarme en el presente. No estoy pensando en estar con alguien, creo que no tengo cabeza para eso ahora. Por supuesto que puede pasar, pero no estoy en esa onda. Este año es para mí, para llenarme de este lugar mágico y dedicarle tiempo a la música, a ver teatro, perfeccionar mi inglés y formarme. Por supuesto, conectarme con gente para poder trabajar acá si decido extender mi estadía, pero nada más.
- Cumpliste el 21 de junio. ¿Cómo festejaste?
- Salí con amigos, como quizás hubiera hecho en Buenos Aires, pero la verdad, aunque amo, estaba un poco aburrida de esa rutina de allá y este cumple fue distinto. Aire nuevo y mirada renovada sobre quién soy y qué quiero. Por supuesto, influye estar más tranquila, alejada de los medios, el anonimato se disfruta.
- ¿Qué es lo que más te gusta de esta ciudad?
- Lo impredecible. Esa sensación de que todo puede pasar y el no planificar. Disfruto al máximo las pequeñas cosas que adoro de estar donde estoy. Todos los días voy a un parque que tengo en la esquina con mucho verde, salgo a correr y sino me acuesto en una lonita y disfruto del verano americano. Divino cambio de vida.
-¿No extrañás nada?
-No me lo permito, porque es mi sueño estar haciendo lo que estoy haciendo. Además, hay varios argentinos sueltos por acá, está Vitto Saravia, que está medio en la misma. Y muchos otros, que es loco porque acá te acercás y por ahí en Buenos Aires no. Acá estás más abierto, más necesitado de hogar quizás, y se arma algo pero lindo, no melancólico, sino que compartimos cosas de nuestra cultura, nuestros códigos que también está bueno y valoras más cuando estás lejos. Acá los americanos para arreglar una cena lo hacen con un mes de anticipación, nada que ver con nosotros que te mandas un mensajito y si estás para salir nos juntamos. Eso no existe para ellos. La amistad es importante para mí, son mi cable a tierra, de hecho el domingo viajan unos amigos y vamos juntos a ver el partido de la selección para la final de la Copa, así que creo que más no puedo pedir ¿no? Por ahora, acá me quedo.
La Nación