En los últimos 15 años, las entidades crecieron a través de cajeros automáticos; las sucursales no siguieron al ritmo de la población. El noroeste, más relegado.
La inclusión financiera es un elemento que favorece el desarrollo económico y social de una región. En este marco, la provincia de Córdoba tuvo en los últimos 15 años un avance bancario basado, en general, en la instalación de cajeros automáticos, mientras que la cantidad de sucursales creció muy poco.
Estas últimas se incrementaron sólo 6,6 por ciento, al pasar de 424 en 2000 a 452 casas bancarias en 2015; en tanto, los cajeros se multiplicaron casi por cuatro: de 360 a 1.721 en igual lapso, según los últimos datos del Banco Central.
Este fenómeno fue estudiado por los economistas Fernando García y Alejandro Jacobo en una publicación realizada en la revista Ensayos de Política Económica, de la Universidad Católica Argentina. Los autores toman el período de 2000 a 2013, el último año con datos discriminados por departamento.
En este lapso, la provincia perdió entidades bancarias (en medio estuvo la crisis de 2001-2002). El fuerte crecimiento de los cajeros revela un mayor interés de los bancos “por ofrecer servicios financieros transaccionales”, señalan.
Estos requieren mayor inversión tecnológica, pero tienen menores costos operativos.
Distribución regional
La ubicación de las sucursales bancarias marca una mejora en la distribución dentro de la provincia. Entre los años 2000 y 2013, se cerraron 12 casas en la capital cordobesa y se abrieron 22 en el interior.
El trabajo evalúa dos indicadores de disponibilidad de servicios bancarios. El primero, analiza la oferta en sí, medida a través de la cantidad de sucursales y de cajeros en función de la población. La segunda medida, revela la proximidad de los usuarios a estos servicios, al incorporar la superficie.
En el período analizado, hubo un deterioro de la disponibilidad de servicios prestados a través de sucursales bancarias. La cantidad de estas casas cada 100 mil habitantes en toda la provincia se redujo 12 por ciento, al pasar de 13,7 a 12.
En cambio, la cantidad de cajeros pasó de 13,2 a 32,3 cada 100 mil personas en ese lapso.
Con el cruce de los indicadores por departamento, se analizan distintos grupos según la disponibilidad de sucursales y su cercanía (ver mapa).
En términos generales, los departamentos del norte y oeste cordobés muestran una baja oferta de servicios bancarios y mayor lejanía, lo cual dificulta la inclusión financiera. En estos lugares, la presencia es exclusiva de la banca pública. En el otro extremo, el centro, este y sudeste de la provincia muestran mayor oferta de servicios y proximidad a los bancos.
Cobertura. Un punto importante que analizan los autores es la población que cuenta con servicios bancarios.
Para esto toman datos de los censos 2000 y 2010, y muestran que hay un incremento de los habitantes sin cobertura. En 2010, el 64,2 por ciento de las localidades de Córdoba no tenían sucursales. Si se incluye a la población rural, el 13,5 por ciento vivía en estos lugares.
En cajeros automáticos, 10,9 por ciento de los cordobeses no tiene acceso en su lugar de residencia.
16%
El total de depósitos en Córdoba representa el 16,4% del Producto Bruto Geográfico (PBG) provincial. El total de préstamos es el 16,3%. La suma de ambos, 32,7%, es superior al valor de la Región Centro (29,1%). La Capital concentra 55,3% de los depósitos.