"Quiero decir con mucha claridad: ¡la droga no se vence con la droga! La droga es un mal y con el mal no puede haber compromisos."
Con su habitual estilo directo, Francisco condenó ayer la legalización de sustancias estupefacientes, tema sensible en América latina, azotada por el narcotráfico y donde el año pasado Uruguay se convirtió en el primer país en despenalizar la marihuana.
El Papa, además, dijo que no "resuelve el problema" consentir el uso de psicofármacos a las personas que continúan usando droga. "Las legalizaciones de las llamadas «drogas livianas», también parciales, no producen los efectos que se habían prefijado", aseguró Francisco, al recibir en audiencia a los participantes de un seminario internacional sobre el tema.
"Las drogas sustitutivas no son una terapia suficiente, sino un modo velado de rendirse ante el fenómeno", agregó.
Como ya había dicho en la audiencia general del 7 de mayo pasado, el ex arzobispo de Buenos Aires, que siempre denunció el tema del narcotráfico y vio con sus propios ojos el estrago que causan sustancias como el paco en las villas, volvió a hacer un llamado a decirle "no a cualquier tipo de droga". Aunque puntualizó que para poder decirle "no" a la droga, "hay que decirles sí a la vida, sí al amor, sí a la educación, sí al trabajo".
De hecho, volvió a manifestar su preocupación por el inmenso desempleo juvenil que sacude especialmente a Europa. "Pensemos a un joven «ni-ni», que ni estudia ni trabaja y entra en esta falta de horizonte, de esperanza? Y la primera oferta son las dependencias, entre ellas, la droga", subrayó.
"Las oportunidades de trabajo, educación, deporte y vida sana son el camino de la prevención de la droga -dijo-. Si se realizan estos «sí», no hay lugar para la droga ni el abuso de alcohol".
Si bien recordó que la Iglesia no abandona a quienes caen en la espiral de la droga, sino que va a su encuentro, Francisco también dijo que eso no basta. "El trabajo de recuperación es muy limitado, no es suficiente", aseguró, al destacar que lo prioritario es trabajar sobre la prevención.
El Papa, que en su discurso definió como "trágico" el negocio del narcotráfico, viajará hoy a Cassano allo Jonio, pueblo de Calabria, en el sur de Italia, donde hace 5 meses la temible 'Ndrangheta, la mafia calabresa que también lucra con el negocio de los estupefacientes, mató por venganza a un chiquito de tres años.