El papa Francisco se pronunció en contra de la legalización de cualquier tipo de estupefaciente y rechazó además los tratamientos de desintoxicación que utilizan drogas sustitutivas.
"Quiero expresar con total claridad que la droga no se derrota con la droga. La droga es un mal y con el mal no puede haber cesiones o compromisos", dijo Francisco.
El pontífice formuló estos conceptos al recibir en audiencia en el Vaticano a los participantes de la XXXI edición de la Conferencia Internacional para el Control de Drogas (IDEC), según consignó un despacho de la agencia Efe.
Para el papa argentino, no "resuelve el problema" consentir el uso de psicofármacos a las personas que continúan usando droga y agregó que "las drogas sustitutivas tampoco son una terapia suficiente, sino un modo velado de rendirse ante este fenómeno".
Sobre la legalización las llamadas drogas blandas, como la marihuana, Francisco explicó que "además de ser discutible desde el punto de vista legislativo, no produce los efectos que se habían prefijado".
El papa aseguró que "el flagelo de la droga continúa avanzando de manera y dimensiones impresionantes, alimentado por un mercado infame, que va mas allá de las fronteras nacionales o continentales".
El pontífice mostró su "dolor y preocupación" sobre todo porque "crece el peligro para los jóvenes y los adolescentes".
Para Jorge Bergoglio, "quien dice sí a la vida, al amor, a la educación y al trabajo, no encuentra sitio para la droga, el abuso de alcohol u otras dependencias".
Puso como ejemplo a "tantos jóvenes que quieren librarse de la dependencia de la droga, y que se empeñan para reconstruir su vida" y dijo que son "un estímulo a mirar hacia delante con confianza".
"Quizás las acciones del tráfico de drogas son las que más rinden en el mercado y esto es trágico", afirmó Bergoglio en su discurso, y recordó que "el azote de la droga sigue haciendo estragos con formas y extensión impresionantes, alimentado por un mercado turbio que traspasa las fronteras nacionales y continentales".
"Así -advirtió- crece cada vez más el peligro para los jóvenes y adolescentes".
El pontífice hizo además referencia a los millones de jóvenes que no tienen trabajo y tampoco estudian, y al respecto advirtió que "entran en una falta de horizonte, de esperanza y la primera oferta son las dependencias, entre las cuales está la droga".
"Las oportunidades de trabajo, la educación, el deporte, la vida sana; este es el camino que lleva a la prevención de la droga. Si estas cuestiones se hacen verdades no hay espacio para las drogas, para el abuso de alcohol ni para otras adicciones", afirmó.
"La Iglesia -dijo- fiel al mandato de Jesús de ir allí donde hay un ser humano que sufre, que tiene sed, hambre, que está en la cárcel no ha abandonado a los que han caído en la espiral de la droga, sino que con su amor creativo ha salido a su encuentro y los ha tomado".
Por otra parte, a los participantes de la Conferencia Internacional para el Control de Drogas les deseó "que logren los objetivos de coordinar las políticas antidroga, compartir información y desarrollar una estrategia operativa contra el narcotráfico".