Disfrazados de soldados o de predicadores, siempre con fusiles a mano, los milicianos de la formación islamista Boko Haram dejaron un tendal de más de 200 muertos en los últimos cuatro días en el noreste de Nigeria, a consecuencia de una serie de ataquescontra aldeas indefensas de la región, donde buscan imponer a sangre y fuego un Estado regido bajo la ley islámica.

"Nosotros pensamos que se trataba de los soldados a quienes reportamos que los insurgentes nos podían atacar", dijo un sobreviviente del distrito de Gwoza, en el estado de Borno. Sus pobladores habían pedido al ejército el envío de soldados para que protegieran el área luego de enterarse de que los hombres de Boko Haram se disponían a lanzar una incursión criminal sobre la aldea.

Los extremistas arribaron en camionetas Toyota Hilux -usadas comúnmente por el ejército- y se hicieron pasar por soldados. "Estamos acá para protegerlos", dijeron. Fue la misma táctica que usaron cuando secuestraron a más de 300 chicas de una escuela en el pueblo de Chibok el 15 de abril, cuyo paradero y condición siguen sin conocerse, en un episodio que consternó al mundo.

Cuando la gente empezó a congregarse en el centro de Gwoza por orden de los extremistas, "éstos comenzaron a gritar Allahu Akbar, Allahu Akbar, y entonces le dispararon a la gente sin parar durante un largo tiempo, hasta que todos estaban muertos", dijo otro testigo, que requirió el anonimato.

La escena se repitió en otras dos aldeas de la zona. Los testigos de las matanzas que lograron sobrevivir a los disparos de los islamistas demoraron hasta ayer para denunciar los primeros ataques, cometidos el lunes, debido a la deficiencia de las comunicaciones (casi inexistentes) y al peligro de desplazarse en los desolados confines donde se perpetraron las masacres.

El miércoles hubo un nuevo ataque en la localidad de Barderi, también en Borno, donde un grupo de insurgentes que se hicieron pasar por predicadores convocaron a los aldeanos al centro del pueblo en lo que terminó siendo una emboscada.

"Llegaron a nuestro pueblo a las nueve de la noche y nos mintieron diciendo que venían a predicarnos. Cuando casi todos los vecinos aparecieron, otro grupo de insurgentes emergió de la nada y abrió fuego contra los congregados antes de que huyéramos buscando refugio", dijo un testigo de nombre Abubakar al diario Daily Trust.

Boko Haram intensificó su ofensiva en los últimos meses contra las aldeas del noreste de Nigeria, donde asesina y aterroriza a civiles y dirigentes políticos. Se trata del regreso de los combatientes islámicos después de una ofensiva militar de un año dirigida a aplastarlos. Sólo en lo que va del año murieron más de 2000 personas, mientras que en los cinco años de conflicto hubo 750.000 desplazados.

Agencias AP, EFE, AFP y ANSA.