La firma española Codere, que posee la mayor cantidad de bingos en la Provincia, avanza hacia un acuerdo con el gobernador. La empresa sumó como consejeros al ex ministro Corach y a un ex asesor del Grupo Clarín
Tras meses de tensiones, amenazas de estatización o de un traspaso forzoso a Cristóbal López, el gobernador Daniel Scioli y la firmaCodere, poseedora de 14 salas de juego en la provincia de Buenos Aires, avanzan hacia unentendimiento que promete mantener en pie sus licencias y lograr un acercamiento, con la campaña presidencial como marco.
Codere Argentina es el grupo más importante del juego en el territorio bonaerense. En sus salas funcionan 5.200 máquinas tragamonedas (cada una factura a diario entre $ 1.200 y $ 1.800). Aporta 2 mil millones de pesos anualmente en impuestos al Estado provincial.
Desde hace meses, los directivos de la empresa recibieron la sugerencia de desprenderse del negocio argentino, que representa el 54% de los ingresos del Grupo. En enero, tal vez en el pico de la tensión, el propio gobernador bonaerense había deslizado la posibilidad de que el zar del juego kirchnerista, Cristóbal López, se quedara con el negocio de Codere. Para quitarle los bingos, por los que Codere tiene licencias que llegan hasta el 2031, se evaluó la estatización o la revisión de los contratos. Esta última posibilidad dependía de una situación previa: que la empresa quedara en manos de fondos buitre por la situación de default a la que había caído en España. Es allí donde aparecía Cristóbal López. Sin embargo, la situación cambió. Codere ganó aire y logró acercar posiciones.
Otro escenario. La estatización del juego había sido una amenaza impulsada por la Casa Rosada. La promovió el diputado bonaerense de La Cámpora, José Ottavis, con el debate legislativo sobre la conveniencia de que sea el Estado quien maneje el juego. Sin embargo, esto no prosperó. Ahora desde el sector del juego aseguran que el kirchnerismo no tiene ya fuerza para imponer este debate porque se encuentra en retirada en términos políticos.
La última semana, a su vez, la posibilidad de que la compañía entrara en concurso de acreedores en España también comenzó a licuarse, ya que se llegó a un acuerdo con la mayoría de los bonistas que le había prestado efectivo.
Ante esto, el último miércoles consiguió una prórroga por diez días para salvar el grupo, por lo que la crisis de los negocios del exterior tampoco representaban ya una excusa adecuada para forzar el traspaso a otras manos en Argentina.
Ahora, envalentonados con el nuevo escenario, fuentes de la empresa aseguraron a PERFIL que no están dispuestos a abandonar la mayor fuente de ingresos del Grupo multinacional y reconocen que ya pasaron por el momento de mayor presión.
Sin posibilidad de correrlos del negocio, Scioli inició una tregua. Desde Codere mostraron predisposición a colaborar con la administración bonaerense, y recuerdan que fueron los primeros en adelantar el canon que la Provincia le exigió pagar por la renovación de las salas, en plena crisis económica. Al mismo tiempo, los dictámenes de la Legislatura bonaerense en los que el propio oficialismo ponía la lupa sobre posibles despidos en los bingos de Codere, quedaron guardados en los cajones.
Las negociaciones políticas que permitieron la tregua introdujeron nuevos actores en la empresa, que sumó al abogado y ex ministro del Interior, Carlos Corach y al economista y asesor de Clarín en la Ley de Medios, Carlos Winograd (ver recuadro).
Codere arribó al territorio bonaerense en 1991 bajo el amparo de Eduardo Duhalde. Esta empresa española abrió la primera sala en Lomas de Zamora y el club beneficiario fue Banfield. Más tarde, se instaló en Mar del Plata (cuatro establecimientos), Temperley, San Miguel y La Plata. Las últimas salas en incorporarse están en San Martín, Lanús, Morón y La Matanza. Si finalmente Codere estrecha sus lazos con esta administración, sus primeras licencias vencerán recién en el año 2021, mientras que otras, como las salas de Temperley podrán ser operadas hasta 2031.
Bien con todos. El gobernador bonaerense mantiene el buen vínculo con todos los actores del juego. En 2009, bajo la administración de Scioli, Cristóbal López consiguió quedarse con las primeras salas de bingo. La última buena noticia para este empresario fue que el Instituto de Lotería y Casinos bonaerense autorizó el traslado de la sala de Villa Gesell (que durante el año no consigue la facturación deseada) a Ezeiza, distrito del Conurbano que le garantiza mayor afluencia de público. En 2013, el empresario de Santa Cruz que supo crecer bajo el calor kirchnerista, logró también ingresar en el consorcio que administra las rutas 2 y 11.
Boldt es la otra empresa del juego que se vio amenazada bajo la gobernación de Scioli, pero las advertencias, al igual de lo que sucedería con Codere, quedaron en la nada. En noviembre 2012, el mandatario anunció la estatización del juego online en su territorio. En aquel momento se anunció que la administración del sistema que opera en 4.400 agencias dejaría de estar en manos de Boldt para pasar a estar a cargo de la Provincia. Sin embargo, esta compañía continuará con el servicio, por lo menos por tres años más.
Scioli había llegado a este anuncio por pedido del kirchnerismo, en medio de la pelea del vicepresidente, Amado Boudou con Boldt por el escándalo del caso de la exCiccone.