A 28 meses del arranque de su gobierno, zamarreado por escándalos de sospechas de corrupción y problemas de gestión, el intendente Ramón Mestre decide por estas horas un profundo cambio en su gabinete, que dejará afuera del Palacio 6 de Julio a sus funcionarios de mayor confianza.

Entre los nombres que suenan como recambio, están Hugo Romero (Economía); Eduardo Capdevilla (Gobierno); Ana Lía Torres (Salud) y Carlos Felpeto (Desarrollo Urbano).

Aunque recién mañana a las 7.30 jurarán los nuevos secretarios, para Mestre ayer fue una larga y tensa jornada de trabajo, ya que debió comunicarle a sus hombres más cercanos que no seguirán: Juan Pablo Ostanelli (secretario privado); Facundo Cortés Olmedo (Gobierno); Mariano de Juan (Desarrollo Urbano); Juan Pablo Díaz Cardeilhac (Transporte) y Sergio Torres (Finanzas).

Estos funcionarios eran el corazón del “mestrismo”, que acompaña al intendente desde la campaña electoral para llegar al municipio capitalino.

Del actual gabinete, sólo tendrían asegurados sus lugares Alberto Giménez –el nuevo hombre fuerte– que podría tener otro rol. Continuarían Brenda Austin (Educación) y Francisco Marchiaro (Cultura).

Las modificaciones serán profundas en cuanto a nombres, pero también habrá cambios en la orgánica para fusionar secretarías y sobre todo, subsecretarías. “El equipo tiene que ser más funcional y eficiente”, describió una fuente cercana al intendente.

La determinación más trascendente de Mestre la tomó el viernes por la tarde, cuando les pidió la renuncia a todos sus secretarios, salvo Giménez.

También se trató de una decisión política del intendente, ya que luego de los escándalos, sus funcionarios se cruzaban culpas y el gabinete se convirtió en un hervidero, “inmanejable” por las internas.

Mestre tomó decisiones en soledad, con un rol activo de Giménez. En las reuniones no se mencionó al viceintendente Marcelo Cossar –otro de los cuestionados– que tiene un cargo electivo y no puede ser removido. Aunque en el futuro tendrá un muy bajo perfil.

Efecto sorpresa

Mestre trabajó hasta anoche en la conformación de su equipo y continuará en esa tarea durante toda la jornada de hoy. Mañana a primera hora oficializará a sus nuevos colaboradores.

Según fuentes oficiales, el intendente hizo consultas con otros referentes del radicalismo, pero los nombres de los nuevos funcionarios corren por su total responsabilidad. “Somos conscientes de que pertenecemos a un partido, pero el que pone el cuero es el intendente y tiene la potestad de designar a quien cree que le va a ayudar a resolver los problemas de gestión”, argumentó alguien que estará en el próximo gabinete.

Como es una costumbre en la UCR, dirigentes de otras corrientes internas cuestionaron que el intendente decida los cambios, sin intervención del partido.

Ante el silencio de Mestre, ayer hubo una catarata de nombres sobre quienes reemplazarán a los que se van.

Romero (actual intendente de Villa de Soto) podría ocupar la Secretaría de Economía en lugar de Torres. Se trata de un intendente cercano a Mestre, pero sorprende que asuma en Economía. En realidad, las decisiones técnicas quedarían en manos de Mónica Ferla, quien viene desempeñándose en el área de recaudación y goza de la confianza del intendente.

Capdevilla –que iría a Gobierno– es un histórico dirigente radical y ya venía asesorando a Mestre.

En Transporte, un área muy delicada para Mestre, ya que el sistema urbano está en pleno cambio, sonó César Ferreyra, actual segundo. Otra versión indicó que allí podría ir Giménez, dejando la Secretaría General a Javier Bee Sellares, jefe del bloque de concejales. Si tiene otro nombre, Mestre preferiría que siga en el Concejo.

Felpeto, legislador y exintendente de Carlos Paz, podría llegar a Desarrollo Urbano. Otro de los candidatos es Héctor Di Forte, actual funcionario del área. En Salud, dan por seguro que Ana Lía Torres (hermana de Sergio Torres) ocuparía esa secretaría.

Los que están afuera

Juan Pablo Ostanelli. Ocupó la Secretaría Privada desde comienzos de la gestión. Es amigo personal de Ramón Mestre. Quedó vinculado a la causa CBI, ya que el fallecido Jorge Suau supuestamente lo mencionó en la carta que analiza la Justicia. También fue denunciado por dádivas.

Facundo Cortés Olmedo. Ocupó la Secretaría de Gobierno desde el inicio de la gestión. También es amigo personal de Mestre y ejerció cargos partidarios. Su renuncia fue aceptada tras la difusión del programa ADN, que denunció un negocio adjudicado a su cuñado en el CPC Colón.

Sergio Torres. Ocupó la Secretaría General hasta diciembre, cuando renunció el exsecretario de Economía, Diego Dequino, y Torres lo reemplazó. Fue asesor de Mestre por una década y estuvo a cargo del armado de los equipos técnicos. El programa ADN lo denunció por vínculos con un proveedor.

Juan Pablo Díaz Cardeilhac. Desde el inicio de la gestión ocupó la Secretaría de Transporte y Tránsito. Quedó vinculado con la causa CBI por aparecer en la carta del fallecido Jorge Suau. Su situación se complicó aun más por las falencias en la implementación del nuevo sistema de transporte urbano.

Mariano de Juan. Ocupó desde el inicio de la gestión la estratégica Secretaría de Desarrollo Urbano. Su desempeño generó muchas críticas por la ausencia de mejoras –y en muchos casos, el empeoramiento– de los servicios de bacheo, alumbrado público y cloacas. No fue denunciado por irregularidades.

Néstor Costamagna. Fue funcionario de Ramón Mestre padre, y acompañó al actual intendente como Secretario de Salud desde el comienzo de la gestión. Nunca logró bajar el altísimo nivel de conflictividad del sector, pese a las numerosas incorporaciones de profesionales y las inversiones en equipos y mejoras.

Por Julián Cañas. La Voz