El gobierno de Cristina Kirchner analiza una rebaja del impuesto a las ganancias para los trabajadores en relación de dependencia que implicaría una suba del mínimo no imponible de entre 25 y 30%.
El piso de salarios por encima del cual los contribuyentes quedarían eximidos del gravamen pasaría así del actual de 15.000 pesos a un valor entre 18.000 y 20.000 pesos.
Según pudo saber LA NACION de altas fuentes de la Casa Rosada, la Presidenta pretende que los aumentos salariales surgidos de las negociaciones paritarias de este año no repercutan en una ampliación del universo de trabajadores de la cuarta categoría que paga el impuesto.
El temor del Gobierno es que ello termine afectando el consumo, la actividad económica y el empleo.
En este contexto, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich , confirmó ayer que Cristina Kirchner estudia la suba del mínimo no imponible de Ganancias aunque "sin plazos" para anunciarla. Lo que está descartado es la modificación de la "tablita" de escalas que determinan las alícuotas del impuesto.
Luego de la última suba del mínimo no imponible, en septiembre de 2013, se determinó que los asalariados solteros o casados que ganan en bruto hasta $15.000 dejan de pagar el impuesto a las ganancias. A partir de $15.001 hasta $25.000 brutos pasan a pagar Ganancias, aunque la base de cálculo para los solteros pasó de un piso no imponible de $ 6939 a $ 8326,8 y para los casados con 2 hijos pasó de $ 9597 a $ 11.516,4.
Para los solteros o casados que ganen más de $25.000 brutos siguieron sin variaciones: el soltero sigue con el piso no imponible de $ 6939 y el casado con 2 hijos mantuvo los $ 9597. O sea, aunque pagaban impuesto los que ganaban más de $ 15.000 brutos, el cálculo para fijar el pago era en todos los casos inferior a los $ 15.000.
Si se modifica ahora entre un 25 y 30% el piso salarial de 15.000 pesos para pagar Ganancias, quedaría para los salarios de entre 18.500 y 20.000 pesos. Siguiendo esa línea de razonamiento, en ese mismo porcentaje deberían aumentar los mínimos no imponibles que se usan como base de cálculo actuales para fijar el pago según cada salario.
"Hay que cuidar el modelo. Esta medida es promodélica: la rebaja del impuesto se trasladaría al consumo", confió a LA NACION un alto funcionario. En la Casa Rosada detectaron que hay actividades que caen como alimentos, autos y electrodomésticos, mientras que otras se mantienen como la construcción. El gran temor de la Casa Rosada es que se produzcan despidos.
Además, la falta de actualización del mínimo no imponible derivó en que, para muchos trabajadores, hasta un 30% del último incremento salarial se destina al pago del impuesto a las ganancias.
El Gobierno confía en que podrá cerrar la mayoría de las paritarias sindicales con subas salariales por debajo del 30% para 2014. Ahora, el gran desafío es disminuir el índice de inflación que dio 2,6% para marzo según el nuevo índice del Indec. La apuesta es bajarlo a 2% en abril y a 1% en dos o tres meses.
"La apuesta es que no haya pérdida del poder adquisitivo en el salario pactado para que no haya baja de consumo y de actividad económica que repercuta sobre el empleo", aseguró un allegado a la Presidenta. En línea con estos planes, ayer Capitanich admitió que Cristina Kirchner ordenó analizar "sin plazos" los cambios en Ganancias, uno de los principales reclamos de las centrales obreras opositoras y oficialistas.
SOBRERO APURÓ A MOYANO CON UN NUEVO PARO
El delegado sindical de la línea Sarmiento, Rubén "el Pollo" Sobrero, le puso plazos al líder de la CGT Azopardo, Hugo Moyano, para que vuelva a convocar a un paro general. Y lo hizo frontalmente. "Si Moyano no llama otro paro en menos de un mes, se suicida políticamente", afirmó, ayer, en diálogo con LA NACION.
El gremialista, uno de los primeros en denunciar las falencias del Sarmiento antes de la tragedia de Once, ya había llamado la atención la semana pasada, cuando confesó que le "revolvía el estómago" compartir la protesta del jueves con Luis Barrionuevo.