En una entrevista con jóvenes periodistas de la pastoral de Flandes, Bergoglio apostó a las nuevas generaciones de dirigentes; habló de sus "errores con el autoritarismo" y dijo ser "completamente feliz".
Cinco jóvenes belgas llegaron al Vaticano anonadados. Estaban por cumplir lo que todos los periodistas quieren pero pocos lograron: entrevistar al papa Francisco , en una conversación relajada y sincera en el Palacio Apostólico, el pasado lunes.
Los cinco jóvenes, miembros del un grupo de comunicación "Verse Vis" de la pastoral juvenil de Flandes, iban a ocupar veinte minutos de la agenda del Papa pero, como siempre, Francisco hizo caso omiso de las reglas y se extendió durante 45 minutos, en los que habló de los "errores" de su pasado, de su presente, en el que se siente "completamente feliz", y de su apuesta a los jóvenes para un "nuevo estilo de política".
Los jóvenes "tienen inquietudes, y yo siento como un deber servir a estos jóvenes, porque la inquietud es como un signo. Siento que debo hacer un servicio a lo que es más precioso en este momento, que es la inquietud de los jóvenes", comenzó Francisco.
En la entrevista traducida por el Vatican Insider (las preguntas fueron en inglés y las respuestas de Francisco, en italiano), el Papa opinó que "en este momento de la historia, el hombre ha sido expulsado del centro, se ha deslizado hacia la periferia, y en el centro, por lo menos en este momento, está el poder, está el dinero". En este sentido, consideró que "los jóvenes son expulsados", igual que los niños y los ancianos.
"Y ahora también son expulsados los jóvenes: en Italia, por ejemplo, el desempleo de los 25 años en adelante es casi del 50 %. Hemos entrado en una cultura del deshecho, lo que no sirve a esta globalización se deshecha: los ancianos, los niños y los jóvenes", cuestionó ante los periodistas flamencos, que grabaron la entrevista y subieron un video a su sitio web.
En ese sentido, Jorge Bergoglio dijo que en Buenos Aires se había reunido y que había hablado "con muchos jóvenes políticos", de todo el espectro político, y que estaba "contento, porque hablan con una nueva música, un nuevo estilo de política".
ERRORES
"Me he equivocado y me equivoco", les contestó con una sonrisa a los jóvenes. "Se dice que el ser humano es el único animal que tropieza dos veces en el mismo sitio. Los errores en mi vida han sido así, grandes maestros de vida. No diría que he aprendido de todos mis errores: de algunos no, también soy testarudo. Pero he aprendido de muchos otros errores y esto me hace bien", continuó.
Cuando los jóvenes le pidieron un ejemplo concreto, Francisco contó su experiencia como provincial jesuita en su juventud. "Lo diré. lo escribí en un libro, está publicado. Fui nombrado superior cuando era muy joven, tenía 36 años, y cometí muchos errores con el autoritarismo. Después aprendí que hay que dialogar, ver qué están pensando los demás. Pero no he aprendido totalmente. todavía me equivoco", se sinceró.
Además, los jóvenes le preguntaron si tenía miedo de algo, a lo que Francisco contestó sonriente y pícaro: "¡De mí mismo!".
"En el Evangelio, Jesús repite muchas veces: «¡No tengan miedo! ». Lo dice muchas veces, porque sabe que el miedo es algo normal, entre comillas: tenemos miedo de los desafíos de la vida, miendo frente a Dios. Todos tenemos miedo, todos, no hay que preocuparse por tener miedo... Tienes que tratar de aclarar la situación. Hay un miedo malo y un miedo bueno: este último es la prudencia. El malo te nubla, no te deja actuar, y de este nos tenemos que alejar", dijo.
FELIZ
Entre otras preguntas, Francisco debió contestar si era feliz y fue contundente: "Absolutamente. Soy completamente feliz. Tengo una cierta paz interior, una paz grande. Es una felicidad que viene con la edad y también con un camino. En mi vida, e incluso ahora, he tenido siempre problemas, pero esta felicidad no se va con los problemas".
¿EL PAPA COMUNISTA?
Francisco subrayó además que los pobres son "el alma del Evangelio" y volvió a rechazar la calificación de "comunista" que recibió por parte de los sectores conservadores por sus críticas al capitalismo, especialmente en su exhortación apostólica, Evangelii Gaudium.
"Yo creo en Dios y en Jesucristo; para mí, el alma del Evangelio son los pobres. Hace dos meses escuché a una persona que dijo: ¡siempre hablando sobre los pobres; este Papa es un comunista! No, esta es una bandera del Evangelio, la pobreza sin ideología: los pobres están en el centro del Evangelio de Jesús", dijo.