El secretario de Estado norteamericano dijo que el gobierno de Obama "no se colocará" del lado de la Argentina, pese a las gestiones que impulsa Timerman.
Con sólo una frase, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, tiró abajo la principal carta con la que esperaba contar la Argentina en su litigio con los fondos buitre ante la Corte Suprema de este país. Kerry aseguró que el gobierno de Barack Obama "no se colocará" del lado de la Argentina en el caso de que el máximo tribunal le requiera una opinión antes de adoptar una decisión sobre la causa en la que está en juego un nuevo default del país.
"Yo puedo responder eso muy rápido. Y la respuesta es que no, no lo haremos", contestó públicamente cuando un legislador republicano le preguntó ayer si el Departamento de Estado tomaría posición a favor de la Argentina en caso de que los jueces de la Corte le requirieran una opinión sobre la decisiva instancia judicial.
Hasta ahora, la posibilidad de que el gobierno de Obama presente un "amicus curiae" -tal como se conoce a ese tipo de expresiones- en favor del gobierno argentino fue una de las espadas con las que esperaba contar el gobierno de Cristina Kirchner cuando los jueces de la Corte decidan en el litigio.
La embajadora Cecilia Nahón viene haciendo intensas gestiones para lograr ese apoyo, e incluso el canciller Héctor Timerman llegó a decir públicamente que el gobierno de Obama daría ese respaldo. Pero ayer Kerry pareció barrer de un plumazo con esas expectativas.
Si bien su afirmación no mencionó al Departamento del Tesoro -que es la cartera que técnicamente lleva este tipo de cuestiones-, medios diplomáticos consultados por LA NACION pusieron ayer en duda la posibilidad de un matiz de posiciones respecto de quien lleva la política exterior del país.
Al margen de lo que este giro pueda significar en la decisiva puja judicial, lo que Kerry produjo ayer fue la definición política más importante que se le conoce hasta ahora sobre la relación con la Argentina.
En la misma ocasión el jefe de la diplomacia norteamericana aseguró que el gobierno de Obama "seguirá presionando" a la Argentina para que cumpla con su deuda y los compromisos pendientes. Entre ellos, "los 600 millones de dólares" que le debe a Estados Unidos, en referencia a la porción norteamericana de los cerca de 9000 millones que se adeudan al Club de París. "Haré todo lo posible para conseguir eso, el Departamento de Estado hará todo lo posible", prometió Kerry.
De igual modo, aseguró que se mantendrá esa presión para que la Argentina "se comprometa" con sus acreedores, "tanto públicos como privados". Si bien no lo hizo en forma expresa, la definición calza, precisamente, con el deseo de los tenedores de bonos de deuda en default que demandaron al país y que vienen obteniendo fallos favorables en los tribunales. En la misma ocasión, y como contrapartida, Kerry ponderó los beneficios de "mantener la presión" sobre el gobierno argentino. "Los hemos urgido a que paguen sus deudas, y bajo esa presión han dado algunos pasos positivos", dijo el jefe de la diplomacia norteamericana.
Enumeró, entre ellos, el pago de laudos a favor de empresas norteamericanas en el tribunal arbitral del Banco Mundial (Ciadi), así como la producción de "un nuevo índice de inflación en respuesta a las demandas de inexactitud por parte del Fondo Monetario Internacional". No obstante eso, prometió que su Departamento "seguirá presionando" para que "cumpla cabalmente todas sus obligaciones internacionales".
La de ayer fue la segunda vez en que Kerry se refirió en forma pública a los "incumplimientos financieros" de la Argentina. La primera fue hace casi un año, cuando informó al Senado sobre sus planes en materia de política exterior. Ocasión en la que citó la necesidad de que el país "cumpla" sus compromisos.
La segunda fue ayer, cuando evaluó proyectos del Departamento de Estado ante la Comisión de Estado, Operaciones en el Exterior y Programas Relacionados de la Cámara de Representantes.
El Gobierno admitió que si los fallos adversos que se acumulan quedan ratificados, el país podría entrar en un nuevo default. Salvo que prospere la línea de negociación extrajudicial que, desde hace semanas y según fuentes no oficiales, se viene explorando en forma sigilosa.
ARGUMENTOS DE LOS HOLDOUTS
WASHINGTON.- Puede que haya sido casualidad, pero uno de los argumentos que usó el legislador Díaz Balart en su pregunta a Kerry coincide con el de una campaña que acaba de lanzar la American Task Force Argentina (ATFA), uno de los principales grupos de holdouts. Con avisos pagados en los principales medios de esta ciudad, la campaña remite un video del momento, en pleno juicio, en que el abogado de la Argentina, Jonathan Blackman, admite que, en caso de un fallo adverso, el Gobierno "voluntariamente no lo cumplirá". "Es tiempo de que la Argentina acate la ley. De que se deje de reír de los tribunales norteamericanos", dice la campaña de ATFA, en coincidencia con uno de los argumentos esgrimidos ayer ante Kerry.