Este 25 de enero se cumplen 25 años del asesinato del fotógrafo gráfico José Luis Cabezas y que dejó al desnudo la corrupción de la policía, el poder de las mafias y las paradojas del sistema judicial de Argentina.
Gabriel Michi, periodista y compañero de equipo de la Revista Noticias, dialogó con INFORME16 en una entrevista profunda que muestra que la impunidad sigue marcando este caso emblemático.
“El caso de José Luis significó el peor ataque a la libertad de expresión desde que volvió la democracia en el país. Sintetizó muchos de los males presentes que había en Argentina de los años 90´, con la corrupción, impunidad, con la figura de un empresario enigmático y misterioso que era Alfredo Yabrán y que quería evitar que su cara fuera visible, que se conociera su identidad”.
De acuerdo a lo expresado por Michi, la investigación realizada con José Luis Cabezas “logró ponerle cara a ese poder oculto de Argentina y eso le costó la vida”.
El ex compañero de Cabezas agregó que “después de 25 años todos los involucrados están en libertad, se les dio perpetua y están todos libres. Se sigue esperando que la justicia, en algún momento, de la señal que corresponde, porque es un caso emblemático analizado por todo el mundo”.
Michi consideró que la impunidad está porque el sistema judicial argentino funciona mal.
“El caso de José Luis logró un juicio relativamente rápido para la Justicia Argentina, porque en tres años hubo condenas a los asesinos a perpetua, pero luego apelaron ante la Cámara de Casación de la provincia de Buenos Aires, y en un fallo vergonzoso, de dos jueces, cambiaron la carátula, redujeron la condena de los asesinos y así empezaron a salir en libertad habiendo cumplido apenas un tercio de la condena”.
A pesar de que el fallo de perpetua fue ratificado por la Corte de la Provincia y Nacional, “los asesinos nunca más volvieron a prisión. Hubo 20 jueces que fallaron por la perpetua, sólo dos redujeron las condenas y eso sirvió para que los asesinos se queden en libertad, lo que demuestra que el sistema judicial argentino funciona mal y por eso este crimen está impune”.
Ante la consulta de que si cree que si se hubiera quedado con Cabezas también hubiera sido asesinado, Gabriel Michi comentó que “El policía Gustavo Prellezo cuando es detenido dice, no en una declaración oficial, que si nos encontraban juntos “los hacíamos boleta a los dos”. Yo salvé mi vida de casualidad porque el 26 de enero era mi cumpleaños y habían llegado unos amigos de Buenos Aires”.
Cabezas decidió quedarse en la fiesta de Andreani y “cuando llega a su casa es secuestrado y lo asesinan, por esa circunstancia es que salvé mi vida” expresó Michi.
El periodista que trabajó junto a Cabezas consideró que la foto de Yabrán fue un elemento importante, “pero no creo que haya sido el único, tiene que ver con toda la investigación previa que habíamos hecho. Queríamos conseguir una entrevista a Yabrán y cuando nos estábamos acercando a él, explotaban los teléfonos de su custodia, de la policía de Pinamar y de la banda de policías y delincuentes que asesinaron a José Luis porque sentían que éramos un peligro para Yabrán por hacer nuestro trabajo periodístico”.
Michi agregó que a través de las investigaciones realizadas descubrieron negocios raros que tenía el empresario en Pinamar, “como el proyecto de un puerto deportivo cuya ecuación económica no cerraba por ningún lado y eso hizo que Duhalde le frene el proyecto generándole un daño económico importante y ese combo hizo que una mente retorcida como Yabrán lo mandara a matar”.
El periodista relató que su vida cambió a partir de la muerte de José Luis Cabezas “hoy no tengo el miedo que tenía apenas sucedió el crimen, porque tenía llamadas telefónicas, me dejaban balas, había gente rara alrededor de mi casa. Eso cesó con el paso del tiempo y después que Yabrán se suicida, porque se desarticula el esquema de seguridad que tenía con represores de la dictadura militar y miembros de las fuerzas armadas retirados”.
Michi expresó a INFORME16 que el crimen de su compañero lo atravesó y “así será toda la vida, obviamente mi compromiso de siempre será con la memoria de José Luis y su familia, que fue golpeada terriblemente por este asesinato”.
Al finalizar la entrevista, Gabriel Michi recordó a José Luis como un compañero “muy divertido, socarrón, hacía bromas todo el tiempo, tenía carácter difícil cuando se enojaba, era un profesional increíble, muy detallista. Tenía una síntesis del reportero gráfico de batalla y un fotógrafo artístico que podía armarte una producción increíble con quien fuera. Sobre todas las cosas amaba su profesión, pero con locura a su familia, a su mujer, hijos, a sus padres, hermana, era un hombre con muchos sueños que le arrebataron aquel 25 de enero”.
Fotos: MDZ y Diario de Cuyo