Apalancados por las redes sociales quieren hacer oír su voz. Saben que son parte de la respuesta para la mitigación y adaptación al cambio climático. Están llenos de iniciativas y de fuerza para la transformación.
Algunos viajaron a Glasgow, Escocia, y otros acompañan desde las redes sociales y desde los debates locales, todos tienen el mismo objetivo: ser parte de la solución a la crisis climática. Son los Jóvenes por el Clima que quieren ser protagonistas en la vigesimosexta Conferencia de las Partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26). Tienen la iniciativa y la fuerza para la transformación y buscan ser escuchados por los líderes mundiales.
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Por definición, son ambiciosos. No quieren escuchar grandes debates, buscan respuestas y acciones concretas y presionan con la irreverencia propia de su edad. Greta Thunberg, es una de las referentes mundiales, pero los jóvenes de los países en desarrollo buscan ganar espacio con un contundente mensaje sobre las desigualdades estructurales y las diferentes responsabilidades.
La mayor presencia de los Sud global en la COP26 es fruto del trabajo de los Jóvenes por el Clima Argentina (JOCA) pero también por el trabajo en conjunto con el Fridays For Future (Viernes por el Futuro), un movimiento estudiantil que nació en Suecia en agosto del 2018 después de que Thunberg se declarara en huelga escolar por el clima frente al parlamento Sueco.
“Las huelgas estudiantiles de niñas, niños y jóvenes cada viernes buscan exigir a los gobiernos que tomen acciones concretas para frenar el avance de la crisis climática y mitigar sus efectos en las poblaciones más vulnerables. Es URGENTE la creación de conciencia ambiental, social y política, ya que de no lograr los objetivos globales propuestos en la Cumbre de París de mantener la temperatura media global por debajo de los 1,5°C, no habrá un futuro para el cual estudiar o prepararse”, dice el movimiento en su página web. Este viernes 5 de noviembre, la movilización se realizará en Glasgow, durante la COP26.
Los Jóvenes por Clima Argentina quieren hacer oír su voz
Nicole Becker forma parte de JOCA y es una de las activistas por el clima que viajó a Escocia. Habló de las desigualdades entre el Sud global y el Nor global (las naciones menos y más económicamente desarrolladas, respectivamente) y planteó la necesidad de unir al movimiento juvenil latinoamericano para potenciar el mensaje.
“Hay que poner en la mesa que no todos los países tienen la misma responsabilidad de haber causado la crisis climática y por ende hay diferentes responsabilidades. Un país como la Argentina tiene menos responsabilidad que los países del Nor global y por ende tiene el derecho. Y los países del Nor global tienen la obligación de transferir recursos, de dar plata a los países del sur tanto para la transición para mitigar los efectos de la crisis climática, pero también para la adaptación”, dijo.
Becker indicó que “hay expectativas de que la voz de la juventud sea realmente escuchada en estos eventos, sobre todo la voz de la juventud de MAPA (Most Affected People and Areas), que es un término para no usar Sud global que pone sobre la mesa que si bien todas las voces de los jóvenes tienen que ser escuchadas, hoy lo que pasa es que las voces de los jóvenes activistas del sur son mucho menos escuchadas”.
El financiamiento, en el eje del debate juvenil en la COP26
El financiamiento para la implementación de políticas de mitigación (disminuir los efectos) y adaptación (sobre ponerse a los efectos climáticos) será eje central en el debate de los líderes mundiales, pero es también un punto clave para la juventud. Saben que sin aportes económicos poco y nada podrán hacer los países en desarrollo.
La propuesta argentina es el canje de deuda por acción climática, pero los jóvenes quieren más, buscan que aumente la ambición de todos los países para la reducción de gases de efecto invernadero.
Al respecto se refirió Mercedes Pombo, otra de las integrantes de Jóvenes por el Clima Argentina que viajó a Glasgow. “La discusión sobre el tema del financiamiento es central y tiene que ver con la desigualdad estructural que hay detrás no solamente del origen del cambio climático sino en la manera en que van a impactar sus consecuencias”, explicó. Por eso, entiende que los países más desarrollados deberían tener “una responsabilidad mayor, aunque no exclusiva, a la hora de financiar políticas tanto de mitigación como de adaptación al cambio climático”.
“Que aumente la ambición en materia de reducción de gases de efecto invernadero entendiendo que si continuamos en el ritmo actual vamos a superar el límite de los 1.5°. También tiene que ver con que se cumpla el compromiso de los países más desarrollados que asumieron en la COP15 de Copenhague de transferir desde 2020 US$100.000 millones que es una cifra que parece mucho, pero que quedó muy desactualizada”, precisó Pombo.
Para la joven activista, la cifra del aporte también “debería ser más ambiciosa” ya que “es sumamente necesaria para que países como la Argentina puedan llevar adelante tanto políticas tanto para trancisionar hacia otra matriz energética como para poder resistir los embates del cambio climático”.
“Estamos en un punto de inflexión. Si superamos el aumento de los 1.5° las condiciones de vida en la tierra se volverían extremadamente adversas”, dijo.