“No creo que mi negocio pueda ser manejado por el gerente de una multinacional. Por eso, no vendo. Sería como vender carne humana. Trato de imaginar una empresa que siga funcionando armónicamente cuando corra el rumor de mi muerte”. La frase pertenece al empresario argentino-alemán Eugenio Schneider. La dijo en el 2015 durante una entrevista con el diario uruguayo El País y su palabras toman otra relevancia por estas últimas horas: desapareció el jueves por la tarde en las aguas del río Uruguay.
Desde la noche del sábado, el hallazgo de un cuerpo cerca de la costa de Concepción del Uruguay, Entre Ríos, le sumó angustia a las más de 60 horas sin noticias del empresario. Incluso, sus familiares fueron convocados para que reconozca el cadáver encontrado en las últimas horas.
Varios aspectos de la vida lo convierten a Schneider en un personaje único dentro del empresariado del Río de la Plata. Nació en Buenos Aires en 1940 y estudió Filosofía y Letras en la Universidad de Buenos Aires. Durante su cursada, tuvo de profesor de literatura inglesa nada menos que a Jorge Luis Borges.
A los 22 años, Schneider reveló haberse sentido “harto de la civilización” y se radicó junto a su familia en los Bosques Valdivianos, en Chile.
En 1978, cuando acariciaba los 40 años, el empresario volvió a mudarse de país. Se radicó en Río Negro, Uruguay, para establecerse en Estancia San Ramón. Al mismo tiempo, su buen pasar económico le permitió comprar el Frigorífico Casa Blanca (que luego se llamaría Fricasa), ubicado en un pequeño pueblo homónimo que, hasta el momento, permanecía prácticamente deshabitado.
Recién en el 2000 fue cuando el empresario argentino decidió mudarse y establecerse definitivamente en Casa Blanca. “No sé hacer cosas mediocres. Es uno de los defectos más grandes que tengo. Me entusiasmo mucho con las cosas y sigo adelante. En algunas, me ha funcionado bien y en otras, no”, afirmó el empresario en una entrevista radial brindada en 2015.
En el lapso de una década, Schneider logró transformar al frigorífico de una empresa con deudas millonarias a una compañía consolidada como una de las referentes de la industria ganadera de Uruguay.
De acuerdo a una entrevista con el diario uruguayo El País, hasta 2015 el Frigorífico Fricasa tenía un valor de 35 millones de dólares, ocupaba el 3,5 por ciento de la matanza de todo Uruguay, abastecía a 18 carnicerías propias y contaba con habilitación para exportaciones en todo el continente y Europa.
“El respeto, todo lo que se construyó en un par de milenios, se va a perder y las soluciones serán bélicas. Uruguay es un país que está volviendo a la situación del 900, donde la tierra es extranjera. En la industria frigorífica yo tengo el tercer frigorífico en tamaño, todo lo demás es extranjero. Me lo quisieron comprar pero yo tengo una norma moral: no vendo sangre humana, mi gente no es vendible”, afirmó en una entrevista.
El empresario vivió durante las últimas décadas en una casa en la ribera del río Uruguay, dentro del mismo pueblo de Casa Blanca, llamada “De los cuatro vientos”. Fue construida en el año 1806.
A su vez, en otro edificio construido a mediados del siglo XIX, Schneider fundó el restaurante La Pulpería, donde se sirven platos exclusivos de primer nivel, la atención de los empleados es acorde a la de un restaurante de un hotel 5 estrellas y, además, está adornado con instrumentos musicales antiguos y partituras medievales.
Ese interés musical encontró forma en el proyecto denominado Omnes, en el que Schneider promovió conciertos dentro del predio del frigorífico de música del Renacimiento y del Barroco con instrumentos propios o réplicas de la época. Esos shows musicales se realizan todavía a día de hoy en la Capilla de Santa Ana, dentro del predio, o en el propio restaurante “La Pulpería”.
“Para mí existe únicamente el Universo, no un Creador. A los 19 años, alcancé, a través del Budismo Zen, una suerte de liberación. No más grandes preguntas. Las cosas ocurren y el mero hecho de ocurrir encierra ya una”, afirmó en su momento Schneider.
Al margen de su perfil empresarial, Schneider estuvo siempre muy ligado a la cultura y a la literatura. Escribió al menos 5 libros, entre novelas y poesía, instaló un cine en Casa Blanca y abrió una radio comunitaria denominada “La Isla”. Allí, varios niños del pequeño pueblo de 600 habitantes poseen sus programas de radio propios.
“El avance tecnológico está produciendo el efecto del vaciamiento del cerebro. Hoy estamos en la era del hombre estupidus”, reflexionó en una entrevista hace un par de años el empresario, que tuvo cuatro parejas en un lapso de 50 años, tiene ocho hijos y decenas de nietos y bisnietos.
Amigo de Pepe Mujica y, según afirmó él en una entrevista, el actual presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, lo definió alguna vez como “el poeta de la carne”. También desarrolló un vínculo personal con Jorge Batlle.
Al margen de su pasión por la literatura, el arte y por los negocios, el empresario argentino también desarrolló una filia por las actividades deportivas, en especial la equitación y el nado. Precisamente, esa última práctica fue la que lo condujo a la situación de incertidumbre que lo tiene actualmente como protagonista: el jueves, cerca de las 17, familiares radicaron la denuncia ante autoridades policiales de Uruguay luego de que el empresario de 81 años no regresara tras haber ido a nadar.
“Me voy al río”, fue la frase que emitió Schneider a uno sus colaboradores antes de salir por un portón que separaba su propiedad del río Uruguay. El domicilio del empresario está ubicado a unos 17 kilómetros de la ciudad de Paysandú. Desde entonces, no se lo volvió a ver.
“Él ya no nadaba en estos días. Tuvo Covid-19 y hacía pocos días que se había recuperado totalmente. Esta incertidumbre nos deja muy mal a todos, era un hombre muy querido acá”, afirmó un empleado del frigorífico al diario El País.
El sábado por la noche, efectivos de la Prefectura Naval argentina encontraron un cuerpo sin vida flotando en el Río Uruguay en una zona conocida como la Isla Dolores, a unos 10 km de la ciudad de Concepción del Uruguay. La Justicia de Entre Ríos convocó a familiares del empresario para que reconozcan el cuerpo. En tanto, se realizará la autopsia el lunes en Gualeguaychú.