"Cuando descubrí que estaba de nuevo embarazada, lo único que quería era que la lactancia saliera bien", arranca su post de Facebook Sierra Strangfeld, una mamá estadounidense cuya historia se ha conocido a través de las redes sociales. "Pero cuando descubrimos el diagnóstico de Samuel, supe que eso no iba a suceder", continúa, "otra esperanza que me quitaban".
Cuando tuvo a su primera hija, Porter, Sierra no produjo leche materna. La niña se alimentó durante más de seis meses con leche que les donó su cuñada. Así que esta vez, al verse capaz de producir pero sin bebé al que alimentar, esta madre tomó una difícil decisión: "Antes de que Samuel falleciera, me dije que me sacaría la leche para donar".
"El bombeo no es para los débiles de corazón. Es difícil. Mental y físicamente. Y es aún más difícil cuando en realidad no hay bebé", cuenta Sierra en un post que se ha hecho viral por su dureza y también por su mensaje positivo: "Hubo momentos en que me enfadaba, ¿por qué me tenía que subir la leche si no tenía un bebé que alimentar? ¿Por qué me despertaba en mitad de la noche para esto?", se pregunta, "Otra parte de mí sentía que era lo único que me conectaba con Samuel, aquí en la tierra. ¡Espero que esté orgulloso de mí!".
El sacaleches fue su compañero día y noche durante 63 largos días. En total, 14,78 litros de leche materna destinada a alimentar a otros bebés, según ha contado Sierra al programa de televisión Good Morning America.
Acababa de pasar el ecuador de su embarazo cuando esta madre de Wisconsin descubrió que su bebé no sobreviviría mucho. Samuel padecía una trisomía en el cromosoma 18, una condición genética rara que afecta a uno de cada 6.000 neonatos. La mayoría de los bebés mueren en el útero y ése parecía el destino de Samuel, así que a su madre le practicaron una cesárea de emergencia. Vivió tres horas.
"Era pequeño, tenía las manos y los pies sin hacer, pero era tan perfecto", ha contado la mujer a Good Morning America, "luchó muy duro para poder conocernos". El día que Sierra salía de cuentas fue el último día que se sacó la leche. Ahora, los padres de Samuel han decidido aprovechar la fama que su historia les ha dado para crear una fundación, Sonriendo por Samuel, que dé a conocer la rara condición genética que les cambió la vida.
.
El Mundo