Felicity Huffman, una de las dos actrices implicadas en el escándalo de sobornos para lograr el acceso de sus hijos a universidades de élite, ha asegurado que pretende declararse culpable de los cargos que se le imputan. Conocida por su papel en Mujeres desesperadas, la intérprete de 56 años ha recurrido a un comunicado para admitir su error y su arrepentimiento ante lo sucedido.
"Estoy avergonzada", indicó, casada con el también actor Willian H. Macy. "Me voy a declarar culpable del cargo contra mí por parte de la oficina fiscal. Acepto plenamente mi culpabillidad, y con profundo arrepentimiento y vergüenza por lo que he hecho, acepto plena responsabilidad y las consecuencias que se deriven de esos actos".

De acuerdo a expertos, podría ser condenada a pasar hasta cinco años entre rejas, parte de una trama bautizada como Varsity Blues Operation que desembocó en el arresto de 50 personas el pasado 12 de marzo. Junto a Huffman, también fue implicada la actriz Lori Loughlin, célebre por su papel en la serie Padres Forzosos y cuyas dos hijas lograron el ingreso a la University of Southern California tras abonar medio millón de dólares.

De acuerdo a la investigación, Huffman está acusada de haber pagado 15.000 dólares en la trama dirigida por Rick Singer, el hombre que fundó una organización sin ánimo de lucro y estableció un sistema para cambiar las respuestas en exámenes de acceso a estos centros, en otros mecanismos fraudulentos. Contaba además con una red de entrenadores en los campus de varias partes del país que falsificaban y exageraban los informes sobre las capacidades físicas de los alumnos en cuestión.

En total, 30 padres y nueve entrenadores han sido acusados en relación a esta trama en la que circularon 25 millones de dólares en sobornos. En total, 14 anunciaron su intención el lunes de declararse culpable. Loughlin, cuyafianza quedó fijada en un millón de dólares, no está en esa lista.

Huffman quiso dejar claro que su hija, que contó con tiempo ilimitado para hacer el examen de ingreso a la universidad, no estuvo al tanto en ningún momento del soborno que orquestó su madre. "La he traicionado", indicó. "Esta transgresión hacia ella y el público es algo con lo que tendré que cargar el resto de mi vida. Mi deseo de ayudar a mi hija no es excusa para quebrar la ley o ser deshonesta".

Su marido no está acusado por este escándalo ni tampoco su hija. También las universidad han sido exoneradas, una lista en las que están centros como Yale, Georgetown o Stanford.


El Mundo