Emilia Clarke, la protagonista de "Game of Thrones", reveló que sufrió dos aneurismas y varias operaciones cerebrales durante la primera y segunda temporada de la exitosa serie.
En su ensayo publicado en The New Yorker, Clarke cuenta que estuvo "a punto de morir".
La actriz que interpreta al personaje Daenerys Targaryen fue sometida a dos operaciones que le provocaron "una ansiedad terrible" y ataques de pánico.
A pesar de estar convencida de que no iba a sobrevivir, Clarke logró una recuperación más allá de sus "esperanzas razonables".
Clarke tuvo su primer aneurisma en 2011. Sufrió un doloroso colapso mientras se ejercitaba en el gimnasio.
Los médicos descubrieron que tenía una hemorragia subaracnoidea (HSA), que es un tipo de accidente cerebro-vascular potencialmente mortal que ocurre cuando un vaso sanguíneo estalla en la superficie cerebral. Un tercio de los pacientes que lo sufre no logra sobrevivir.
Luego de la operación, tuvo un ataque de afasia, que casi le hizo dejar su carrera como actriz, ya que afectó su capacidad de comunicación, haciéndola incapaz de hablar con coherencia.
"En mis peores momentos quería morirme, les pedí a mis médicos que me dejaran morir", contó.
Se pudo recuperar lo suficiente como para volver al rodaje de la segunda temporada de la serie pero "me mareaba todo el tiempo y me sentía tan débil que pensaba que me iba a morir", explicó Clarke.
En 2013, mientras representaba una obra en Nueva York, le realizaron otra operación para eliminar un segundo aneurisma.
Esta segunda operación fue más invasiva ya que le tuvieron que abrir el cráneo.
"Me parecía que estaba teniendo que superar situaciones más adversas que la misma Daenerys (su personaje)", dijo Clarke.
Su ensayo publicado en The New Yorker es la primera vez que comparte su dolorosa experiencia.
Ahora dice estar "al 100 por ciento" y lidera una fundación para aquellos que han sufrido y están recuperándose de enfermedades neurológicas.