El presidente Mauricio Macri afirmó este jueves que la Argentina necesita una reforma laboral similar a la realizada por Francia que la “libere las ataduras” y la “rigidez” que lleva a la economía local a perder empleos.
En una
conferencia de prensa en la Casa Rosada junto a su par francés, Emmanuel Macron, el jefe del Estado elogió la reforma laboral que impulsó el país europeo en los últimos dos años y señaló que lo realizado allí “es lo correcto”.
El mandatario argentino recordó que en sus tres años de mandato él y sus funcionarios viajaron por Europa muchas veces acompañados por líderes sindicales. “Vimos la reforma de Italia, de España y de Holanda, y nos detuvimos particularmente en Francia”, indicó.
“Es obvio y queda claro: necesitamos tener legislaciones laborales que se adapten a esta revolución (tecnológica), que fomenten la capacitación permanente, que liberen estas ataduras que finalmente en la rigidez nos llevan a perder el empleo”, sostuvo Macri.
Según el Presidente, él “cree” en el talento de los argentinos, pero sabe que “es necesario que la legislación acompañe y que no quiera proteger lo poco que tenemos porque eso no alcanza”.
“Insisto: hay un tercio de los argentinos que están en la pobreza. Las reformas que está llevando adelante Macron en Francia son las correctas”, sentenció el mandatario argentino tras una reunión bilateral con su par francés, a horas del inicio de la cumbre del G-20.
En la última semana, la gente se tomó las calles de París y de otras ciudades en Francia para expresar su descontento con el creciente aumento del precio del combustible y con las políticas del Gobierno de Macron.
¿Cómo es la reforma francesa?
En septiembre de 2017, el gobierno de Macron aprobó una reforma laboral que buscó dar mayor flexibilidad a las empresas para contratar y despedir personal, con el objetivo de reactivar el empleo en un país en el que el desempleo afectaba al 9,6 por ciento de la población activa.
La reforma, que fue una de las principales promesas de campaña de Macron, tuvo como objetivo simplificar el código laboral, considerado demasiado rígido y complejo para las empresas, con el riesgo de mermar los derechos de los trabajadores, según los sindicatos.
Los cambios fueron los siguientes:
-Límite a indemnizaciones por despido improcedente: se mantuvo un conjunto de normas indicativas que corresponde de 3 a 15 meses de salario según la antigüedad del trabajador y que sirve de referencia a los Tribunales, pero no es una imposición.
-Las pérdidas de la empresa justifican despidos: ahora es un juez el que deberá comprobar que las firmas no “dibujen” artificialmente pérdidas financieras para justificar el despido. Dos trimestres de pérdidas alcanzan si así se estipula en el acuerdo entre el empresario y los trabajadores, por convenio colectivo.
-Las empresas con menos de 11 empleados deben justificar pérdidas al menos durante un trimestre y las medianas, de 11 a 50 trabajadores, por tres trimestres.
-Uno de los puntos más complicados fue el que prioriza la negociación directa entre empresario y trabajador, sin mediador, ya que minimiza la posibilidad de que intervengan los sindicatos.
-Jornada de 35 horas semanales: la ley afectó la jornada de 35 horas semanales, símbolo de la izquierda francesa, ya que permite a las compañías modificaciones horarias en situaciones excepcionales que serían pagadas como horas extras. Asimismo, el pago de las horas extras se redujo del 50 por ciento a un 10 por ciento.
-Referendos en la empresa: los acuerdos de empresa deben ser respaldados por una mayoría, es decir firmados por un sindicato que representan a más del 50 por ciento de los trabajadores.
-Acuerdos temporales: las empresa puede realizar ajustes en los que los acuerdos establecidos con la mayoría de los trabajadores primen por encima del contrato de trabajo.
Foto: Presidencia de la Nación