Ondas originadas por algunos tipos de teléfonos celulares de vieja generación aumentan el riesgo de contraer tumores cerebrales, al menos en ratones machos. Este es el resultado, con pruebas "relativamente modestas", de una investigación del estadounidense Programa Nacional de Toxicología promovido por la Administración Clinton.
A un costo de 30 millones de dólares, la investigación fue realizada en 3.000 roedores y es el más grande experimento del género jamás realizado en el mundo. "Creemos que la ligazón entre las radiaciones de la radio frecuencia y los tumores en los ratones machos es real", afirmó John Bucher, uno de los científicos que trabajó en el programa, subrayando cómo no se pueden paragonar los niveles de exposición a los que fueron sometidos los ratones respecto de aquellas personas que usan un teléfono.
El estudio no comprende a los Smartphone de última generación. El nivel de exposición más bajo que se empleó en esta investigación, de más de 10 años de duración, fue igual al máximo de exposición al tejido local permitido para los usuarios de celulares, y que ocurre raramente con el uso típico del dispositivo. No obstante, los investigadores creen que "el vínculo entre la radiación de radiofrecuencia y los tumores en ratas macho es real".
Al mismo tiempo, los autores del estudio descubrieron que las ratas macho expuestas a radiación tenían una vida más larga, lo que probablemente estaría relacionado con la "disminución de los problemas renales crónicos", señaló el toxicólogo Michael Wyde.
El estudio, que empezó cuando la telefonía 2G y 3G era estándar, no indagó sobre la influencia en la salud de las tecnologías como wifi o 5G. "El 5G es una tecnología emergente, […] por lo que entendemos que es probable que difiera dramáticamente de lo que estudiamos", indicó Wyde.