Los viajes en avión no están limitados a personas y mercancías, también se transportan otros sujetos no tan deseables como pueden ser las enfermedades. Los agentes infecciosos a menudo viajan de un país a otro gracias a las personas, los gérmenes viajan libremente y detectarlos no es tan sencillo.
Un proyecto de investigación conjunta llamado HyFly busca acabar con este canal directo de propagación de enfermedades. El objetivo es establecer las bases científicas para romper las cadenas de infección. Una forma por la cual esperan conseguir esto es mediante el uso de métodos no invasivos y rápidos para identificar a las personas infectadas. Es decir, análisis rápidos y eficaces en aeropuertos a las personas que van a realizar un viaje.
Análisis de enfermedades infecciosas actualmente. En este caso, ébola.
La tecnología que detecta drogas también detecta enfermedades
Actualmente detectar una enfermedad infecciosa es un poco complejo. Si los síntomas no son muy evidentes se debe hacer un análisis de sangre u otros componentes que a menudo lleva tiempo y es costoso. Y obviamente, no es rentable hacerlo con los miles de pasajeros diarios de un aeropuerto. Es por eso que normalmente se obvian estos análisis o como mucho se pide completar un formulario indicando las posibles enfermedades que tenga el pasajero.
Uno de los métodos por los cuales el proyecto HyFly quiere controlar las rutas de migración de enfermedades es mediante la detección basada en la espectrometría de movilidad de iones (IMS). Suena complejo porque lo es, pero también es un método ya utiindilizado en otros campos, especialmente en aeropuertos.
Este método actualmente es el utilizado para la detección de drogas y residuos explosivos en aeropuertos y otras áreas de seguridad. Detecta trazas diminutas de compuestos volátiles que a menudo las drogas o explosivos contienen, para ello mide la facilidad con la que los iones son atraídos por un campo eléctrico. Como la movilidad de los iones depende de su tamaño y forma, se puede identificar los compuestos individuales según cómo se desplace cada tipo de ion.
La idea básica de un espectómetro de iones: se impacta un haz de iones sobre la muestra y según cómo reboten los iones de la muestra se podrá saber qué tipo de material es.
La idea ahora es expandir este método también a las bacterias. Para ello un grupo de investigadores del Fraunhofer Institute for Cell Therapy and Immunology en Leipzig está desarrollando un dispositivo que distingue las diferentes bacterias entre si en cuestión de minutos, basándose en compuestos orgánicos volátiles. Compuestos que se encuentran en las bacterias, en el aliento de las personas.
"Sople aquí, por favor"
Las personas únicamente tendrán que soplar en un aparato (como en una prueba de alcoholemia) y a partir de ahí es tarea del dispositivo detectar las posibles enfermedades. Para ello primero separa los componentes mediante una cromatografía de gases y posteriormente se pasan por el espectrómetro de movilidad de iones. Según la movilidad de los compuestos se podrá determinar si hay una enfermedad u otra en el aliento de ese paciente.
Los investigadores aseguran que las primeras pruebas iniciales se han completado con éxito y han conseguido discernir con éxito entre diferentes patógenos. El equipo ahora planea probar la máquina en clínicas y hospitales con pacientes voluntarios que ya hayan sido diagnosticados con alguna enfermedad infecciosa. Si todo va según lo planeado, el siguiente paso son los aeropuertos.
El coste de estas máquinas aseguran que será sólo algo superior al de las máquinas IMS ya utilizadas para la detección de drogas y explosivos. De todos modos, no tienen por qué limitarse a aeropuertos, se podrían utilizar perfectamente también en hospitales y clínicas privadas para la detección rápida de enfermedades contagiosas.
Así pues, a medio plazo puede que aparte de los diferentes chequeos de seguridad que pasamos en los aeropuertos, también se sume una prueba de enfermedades infecciosas soplando en una máquina con boquillas desechables. Algo tedioso, pero seguramente de gran ayuda para evitar la expansión de enfermedades globales.