En esta línea, ordenó que se profundice la investigación iniciada contra el cardenal estadounidense Theodore McCarrick.
El papa Francisco aseguró que el silencio de la Iglesia católica en torno a las acusaciones de abusos sexuales, que pesan sobre sus ministros, “ya no puede ser tolerado”. De esta forma, el Sumo Pontífice comienza el camino para saldar una cuenta pendiente que la institución católica tiene con la sociedad, y por la que ha sido fuertemente criticado.
Este sábado, el Papa ordenó que se realice una investigación más profunda de los archivos del Vaticano sobre el cardenal estadounidense Theodore McCarrick, a quien ya se le prohibió en julio ejercer su ministerio debido a las acusaciones de abusos sexuales.
Con anterioridad, el obispo de Wheeling-Charleston, Michael Bransfield, tuvo que dejar su cargo ante la presión por las denuncias de abusos sexuales. En ese momento, el papa Francisco ordenó que se iniciara una investigación y prometió “llevar a cabo una investigación exhaustiva en busca de la verdad en las preocupantes acusaciones”.
Estados Unidos no es el único país que le reclama al Papa el encubrimiento de los crímenes. Según un estudio, en Armenia se produjeron alrededor de 3.677 casos en los últimos 60 años. En total son 1.670 los sacerdotes acusados de haber abusado de niños que en la mitad de los casos tenían menos de 13 años.
Por su lado, en una de las recientes reuniones con el Sumo Pontífice, Bono, el cantante de U2, reveló que en Irlanda cerca de 14.500 niños fueron abusados.
En agosto, el Papa y una gran cantidad de miembros de la Curia romana fueron acusados por el prelado italiano Carlo Maria Vigano, de haber encubierto los crímenes de abusos durante años. Para respaldar su acusación, Vigano presentó pruebas escritas.