Reducir el consumo, cambiar a alternativas más económicas o directamente dejar de fumar son algunos de los efectos; la OMS recomienda a los gobiernos reforzar la carga tributaria.
La primera evaluación local del impacto que tiene aumentar los impuestos a los productos de consumo asociados con enfermedades crónicas, como la obesidad, las cardiopatías o distintos cánceres, demuestra la efectividad de una medida que también recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS) para proteger a la población.
El año pasado, el Gobierno aumentó los impuestos internos a los cigarrillos del 60 al 75%, lo que se tradujo en los quioscos en una diferencia de unos 15 pesos por paquete en ese momento. Eso bastó para que cuatro de cada 10 fumadores modificaran su consumo positivamente, según una encuesta de la Fundación Interamericana del Corazón (FIC) Argentina, que se difunde hoy.
Los cambios fueron varios. La mayoría (81,7%) dijo que redujo la cantidad de cigarrillos, mientras que la mitad (50,9%) empezó a comprar paquetes de 10 unidades, en lugar de 20. También optaron por marcas más económicas (26,7%), los cigarrillos sueltos (19,5%), el cigarrillo electrónico (8,7%) o los cigarrillos para armar.
"Es el primer relevamiento que se hace a seis meses de la vigencia del decreto 626, de mayo del año pasado. Y lo más impactante es que por la medida, un 8,2% de los entrevistados dijo que dejó de fumar", explicó Marita Pizarro, codirectora ejecutiva de FIC Argentina.
La encuesta incluyó una muestra representativa de la población de fumadores y ex fumadores de entre 18 y 74 años. Fueron 1400 residentes de la ciudad de Buenos Aires, el Gran Buenos Aires y el interior bonaerense, Córdoba, Rosario, Mendoza y Tucumán. El diseño de las preguntas siguió parámetros de evaluaciones internacionales de las políticas de control del tabaco.
El 52% dijo que consumía algún producto de tabaco antes del aumento de los impuestos y el 48% había dejado de hacerlo antes de la medida. Las mujeres, los menores de 30 años y la población de bajos ingresos eran los que más cigarrillos fumaban a diario.
Uno de cada dos fumadores y ex fumadores se expresó a favor del aumento de los impuestos al tabaco.
El 32% de los que seguían fumando pensó en dejar de hacerlo con el aumento del precio de venta, mientras que un 26% intentó abandonar la adicción.
"Los impuestos a los productos de tabaco son mucho más que una medida recaudatoria para un país: tienen un enorme potencial para reducir el consumo y desalentar el inicio del tabaquismo en los chicos y adolescentes -dijo Pizarro-. Además, no sólo aumentan la recaudación de los estados nacional y provinciales, sino que también reducen los costos sanitarios por las enfermedades que causa el tabaquismo."
El mes pasado, durante el 5° Congreso Latinoamericano y del Caribe Tabaco o Salud, en Montevideo, la investigadora Andrea Alcaraz, del Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria (IECS), presentó una evaluación del impacto sanitario del costo del tabaquismo en la región. Ninguno de los países recupera por los impuestos al tabaco el 100% del valor de la atención de infartos, cánceres, complicaciones respiratorias y otras afecciones que van restando calidad de vida por el tabaquismo.
Aquí se recupera alrededor del 50% de ese gasto sanitario. Es decir, la mitad de unos 3787 millones de dólares por año.
Alcance
"En la Argentina, el tabaquismo es responsable de una importante cantidad de muertes, enfermedad, reducción de calidad de vida y aumento de costos sanitarios. El mayor peso está dado por las enfermedades cardiovasculares, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y el cáncer de pulmón. Explica 13,2% de todas las muertes que se producen en mayores de 35 años: un total de 44.851 muertes que podrían evitarse cada año", publicó el equipo del IECS en 2016 en la Revista Panamericana de Salud Pública.
Andrés Pichon-Riviere, director ejecutivo del IECS, participó en ese estudio. A pedido de LA NACION leyó los resultados de la encuesta de FIC Argentina. "Se comprueba los efectos del aumento de los impuestos que se describen en todo el mundo. Demuestra, también, la importancia de que esos esfuerzos se mantengan en el tiempo. A un año de su implementación, probablemente el acceso (a los productos) sea más fácil. Pero estos resultados deberían ser un estímulo para actualizar el impuesto", indicó sobre la encuesta.
Pizarro coincidió y, además, destacó la necesidad de que el país cuente con una ley de impuestos que alcance a todos los productos de tabaco, no sólo a los cigarrillos. "Una norma de alcance nacional que incluya a todos los productos para evitar la sustitución, que reduzca la brecha entre las marcas más caras y las más económicas, y que permita aumentos periódicos por encima del nivel de ingresos y la inflación para, así, disminuir el nivel de compra de manera progresiva. Esto, también, desalienta el inicio del consumo en los más jóvenes, que es a quienes se están dirigiendo fuertemente las estrategias de marketing de la industria", indicó.
En las conclusiones, FIC Argentina afirma: "Se torna necesario implementar un mecanismo de trazabilidad y control en manos del Estado para disponer de datos de comercio ilícito que sean independientes de la industria tabacalera".