Los animales pueden haber pasado por momentos que los asustaron y causaron un trauma, que se verá reflejado en su actitud posteriormente. Algunos puntos para detectar los signos y ayudarlos.
Al hablar de la salud mental de los perros, se habla de las emociones que provienen de la forma en la fueron tratados y de cómo vivieron y no de enfermedades mentales. Por esto, un trauma en el pasado de la mascota puede llevarlo a actuar de determinada manera. Algunos problemas como la hiperactividad y la agresividad tienen como base al miedo.
No hay, sin embargo, algún patrón para detectar estos trastornos emocionales, dado que tanto animal como dueño tienen características particulares y únicas.
Dennis Turner, biólogo conductual y director del Instituto de Etología aplicada y Psicología animal, de Suiza, elaboró para el sitio BBC Mundo un listado para detectar problemas emocionales en las mascotas y qué hacer ante ello:
-Pérdida de apetito por largos periodos de tiempo.
-Inactividad inusual.
-Comportamientos destructivos cuando son dejados solos en casa.
-Intentos de escaparse o de esconderse.
Para Turid Rugaas, entrenadora noruega de perros, un perro puede estar crónicamente estresado si:
-Se le ve nervioso, deprimido o temeroso.
-Se molesta o se siente amenazado con mucha facilidad.
-Presenta un comportamiento histérico.
-No manifiesta curiosidad.
-Reacciona con exageración al tacto o a los ruidos.
-No puede hacerle frente a los problemas diarios más comunes.
"Si tienes que estar castigando a tu perro todo el tiempo, es porque algo anda mal".
¿Qué deben hacer los dueños?
Turner recomienda:
-Observar a la mascota con cuidado y objetividad.
-Poner especial atención a cambios a largo plazo y tomar nota de ellos.
-"Una vez confirmado que el problema es real y no sólo un capricho en el estado de ánimo de la mascota, consultar a un veterinario conductista o un psicólogo animal entrenado con un diplomado otorgado por una sociedad profesional".
Rugaas considera que es fundamental que los dueños conozcan lo que un perro necesita para vivir mentalmente saludable.
-No castigarlo.
-No mostrarse molesto o amenazante.
-No tenerlo en una jaula ni ponerle collares de ningún tipo.
-No lanzarle palos ni pelotas.
-No usarlo para ganar premios.
-Dejarlo ser curioso y permitirle explorar el mundo a través de sus sentidos.
-Permitirle que construya su autoconfianza para que se enfrente a todo.
-Alimentarlo bien y dejarlo que duerma lo suficiente.
-Brindarle compañía, limitar las restricciones físicas y estimularlo mentalmente.