Servando "La Tuta" Gómez Martínez, líder del cartel Los Caballeros Templarios y uno de los narcotraficantes más buscados de México, fue capturado ayer en el estado sureño de Michoacán en un operativo policial en el que no se disparó un solo tiro.

No lo encontraron en un descampado inhóspito ni en una zona agreste de la Tierra Caliente, como hubieran esperado las autoridades, sino que "la Tuta" estaba comiendo en una zona céntrica de la ciudad de Morelia. "No reclamó, no hizo nada para evitar su captura, estaba cenando", dijeron los informes preliminares de la policía difundidos tras la captura.

Los servicios de inteligencia utilizaron información recabada durante meses para dar con su paradero, que confirmaron tras varios días de seguimiento.

El narcotraficante, de 49 años, es el último de los líderes del cartel en ser detenido tras numerosos operativos que golpearon a la organización y el arresto de varios dirigentes. Gómez integraba la lista de los más peligrosos: para su detención, la Procuraduría General había ofrecido una recompensa de hasta dos millones de dólares. Está acusado de incontables asesinatos, extorsiones y secuestros; de ataques a instalaciones policiales; de comprar protección para alcaldes y fuerzas de seguridad, y de financiar campañas políticas.

Su detención llegó en el momento justo para el presidente Enrique Peña Nieto, que hace meses enfrenta una crisis política por el misterio de la desaparición de 43 estudiantes de magisterio a manos de la policía de la localidad de Ayotzinapa y por supuestos casos de incumplimiento de los deberes de funcionario público para miembros de su gobierno.

Gómez no es un símbolo narco más. Con su gorra de béisbol, el bigote y una semibarba, parecía ser atraído por los medios. A lo largo de los años dio entrevistas a cadenas de noticias internacionales y locales y tenía como costumbre subir videos a YouTube en los que difundía sus mensajes.

Su nivel de mediatización era tal que en 2009 hasta llamó a un canal de televisión de Michoacán para, en una transmisión en directo, proponerle un pacto al gobierno porque Los Caballeros Templarios eran "un mal necesario" que respetaba al ejército, pero no a la policía federal. "Nunca voy a dejar que nadie me agarre en la Tierra y espero que Dios me dé esa oportunidad", dijo en ese entonces..(La Nación)