Un barco australiano que lleva a bordo equipo especializado para detectar cajas negras se dirige a la zona de búsqueda del avión de Malaysia Airlines desaparecido el 8 de marzo con 239 personas a bordo.
El Ocean Shield, que lleva un localizador de cajas negras y un pequeño submarino no tripulado, tardará unos tres días en llegar a esta zona situada a unos 1.850 kilómetros al oeste de la ciudad australiana de Perth.
Una vez en la zona de búsqueda, el Ocean Shield arrastrará el equipo a cinco kilómetros por hora para intentar captar la señal de la caja negra del avión, cuya batería se cree que puede durar una semana más.
"Tenemos como una semana, pero depende de la temperatura del agua, su profundidad y la presión, así como de la duración de la batería", dijo hoy el ministro australiano de Defensa, David Johnston, a la cadena de televisión local ABC, según despacho de EFE.
Hasta ahora se avistaron muchos objetos, entre ellos cuatro de color naranja que fueron calificados como "pistas prometedoras" el domingo pero que la Autoridad Australiana de Seguridad Marítima (AMSA por sus siglas en ingles) confirmó que eran solamente material de pesca.
La búsqueda multinacional coordinada por Australia estará marcada hoy por una baja visibilidad.
El primer ministro malasio, Najib Razak, llegará mañana a Perth para seguir las operaciones de rescate y agradecer a todos los que participan en ellas.
El vuelo MH370 despegó de Kuala Lumpur con 239 personas a bordo rumbo a Beijing en la madrugada del 8 de marzo y desapareció de los radares civiles de Malasia unos 40 minutos después de despegar.
Embarcaron 153 chinos, 50 malasios (12 formaban la tripulación), siete indonesios, seis australianos, cinco indios, cuatro franceses, tres estadounidenses, dos neozelandeses, dos ucranianos, dos canadienses, un ruso, un holandés, un taiwanés y dos iraníes que utilizaron pasaportes robados a un italiano y un austríaco.
El examen de los datos de radar y satélite llevó a los expertos a concluir que el Boeing 777-200 dio la vuelta, voló hasta el Estrecho de Malaca y acabó en el sur del Indico, en un lugar lejano de tierra que no ofrece esperanzas de encontrar sobrevivientes.