En esta semana se habló mucho del día de la no violencia hacia mujeres y niñas. 

Esta misma semana escuché que una niña se quejaba de su cuerpo, “era muy ancha”, otra mujer me pidió photoshop mientras le sacaba su foto de cumpleaños y entre dientes me suplicaba que le sacara arrugas y sobre todo panza.

Escuché reírse a varios hombre de Colapinto y obviamente la lógica de que le fue mal y chocó en la Fórmula 1 fue por culpa de la "China".

Ví mujeres agotadas intentando llegar a cumplir con todas las presiones que le impone el sistema, porque acá si querés igualdad tenés que hacer todo, sólo que no le avisaron al otro lado que hacer todo también los involucra en múltiples acciones a ellos. 

Ser sostén de los demás, sostener la propia vida, a veces se vuelve una tarea compleja, a la que muchas no llegan, se sienten frustradas y también violentadas porque el no cumplir con todo lo que se nos pide para ser mujer genera un nivel de presión Interna que a muchas las lleva a la quebrada salud mental.

Cuando hablamos de la eliminación de la violencia en las niñas y mujeres no nos referimos sólo a lo literal de dejar de golpear o matar mujeres, es hablar de esa violencia sutil y no tanto que nos imponen a todo nivel sobre nuestros cuerpos, pensamientos y acciones que genera fuertes presiones sobre las mujeres, sobre nuestros pensamientos sobre lo que somos y no, sobre lo que hacemos y lo que se espera de nosotros y que con sutileza eso se vivencia desde la más pequeña edad. 

Que la sororidad y la empatía nos abracen para que la violencia hacia mujeres y niñas no sea naturalizada.