De todos ellos, 36 fueron detectados en el país y 2 en España, según datos publicados en el Boletín Epidemiológico de la Secretaría de Gobierno de Salud.
Los casos de personas con sarampión subieron a 38 en la Argentina, 36 de los cuales fueron detectados en el país y 2 en España, según datos publicados ayer en el Boletín Epidemiológico de la Secretaría de Gobierno de Salud.
El documento sanitario oficial, aclaró que de los 36 casos confirmados en Argentina, 7 son importados o relacionados a la importación, y 29 no cuentan con antecedentes de viaje.
Además, de los 7 casos importados 4 fueron detectados en la ciudad de Buenos Aires, 1 en la provincia de Buenos Aires y 2 en Santa Fe. Las otras 29 personas con la enfermedad son de Ciudad y provincia de Buenos Aires.
El mayor número de casos confirmados de sarampión corresponden a menores de 1 año, donde también se observa la mayor tasa de incidencia, seguido de los grupos de más de 1 año, y de 35 y 44 años, de acuerdo a las estadísticas oficiales publicadas.
“Acá es muy importante lo que refuerza la nueva ley 27.941, que la gente entienda que hay obligatoriedad de vacunar, que no es algo optativo, ni que tenga que ver con objeciones de conciencia o religiosas. Al tomar este tipo de actitudes se está exponiendo a terceros. Si cada uno decide hacer lo que quiere, se pierde el lazo de comunidad. A cada uno le cabe una responsabilidad, porque su derecho termina donde comienza el de los demás, que es el derecho a estar protegidos”, explicó Cristián Biscayart Biscayart, responsable de la Dirección de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles de la Secretaría de Salud.
Con el fin de interrumpir rápidamente la transmisión viral, la Secretaría de Gobierno de Salud de la Nación decidió ampliar las indicaciones de vacunación vigentes para niños de 6 a 11 meses: primero a la Región Sanitaria V y la Ciudad de Buenos Aires, y el pasado viernes agregaron también las Regiones Sanitarias VI, VII y XII de la Provincia de Buenos Aires.
Además, todos los niños entre 13 meses y cuatro años inclusive deberán acreditar al menos dos dosis de vacuna triple viral en las jurisdicciones mencionadas.
A su vez, reforzaron la recomendación vigente para todo el personal de salud que debe acreditar al menos dos dosis de vacuna o bien contar con certificación de IgG positiva para sarampión. “Esta dosis cero no cuenta como parte del calendario obligatorio; es para ofrecer un plus de protección”, precisó Biscayart.
“Lo que se cree es que la inmunidad adquirida de la vacuna tal vez no logra ser suficiente para proteger a los niños más allá de los cinco meses”, sostuvo el médico infectólogo, para quien “esa es la gran paradoja de haber eliminado la circulación endémica en el país: en la medida que el virus se vuelve a introducir encuentra personas susceptibles”.
Sobre las posibles consecuencias de aplicar más dosis de las dispuestas en el Calendario Nacional de Vacunación, aseguró: “Una dosis de vacuna puede que limite la expresión clínica de la enfermedad, pero no que se contraiga y contagie a otras personas; en general con dos dosis va a ser poco probable que alguien tenga sarampión, en cambio con una sí”. “No va a causar daño (la aplicación extra de la vacuna), lo que sí se está viendo es que no hay un beneficio adicional de mayor cantidad de dosis”, agregó.
Y tras recomendar que “no es aconsejable viajar al exterior con niños menores de seis meses, que no pueden ser vacunados y son muy vulnerables a adquirir sarampión y diseminarlo”, Biscayart amplió: “Necesitamos también del compromiso de los efectores privados, que tienen que estar involucrados en esta estrategia y tener la noción de que cualquier persona que ingresa a la guardia con fiebre y erupción en la piel es posible que tenga sarampión”. “Hay que notificarlo y tomar las muestras para descartar la enfermedad; es el primer diagnóstico a pensar por más que estén bien vacunadas las personas”, enfatizó.
El último caso de sarampión endémico en la Argentina fue en el año 2000 y la última muerte en 1998. Desde entonces, se reportaron casos importados o relacionados con la importación, brotes que pudieron controlarse antes de los 12 meses, por lo que se evitó perder el status de “país libre de sarampión”.