El 14 de noviembre de 1995 fue el inicio de una relación que terminó en escándalo y puso en jaque una presidencia. Monica Lewinsky y Bill Clinton mantuvieron una relación prohibida en la Casa Blanca durante casi dos años.
El affaire entre Bill Clinton y Monica Lewinsky estalló en enero de 1998, cuando una amiga de la joven becaria presentó unas grabaciones al FBI donde se relataban los encuentros sexuales entre ambos. El escándalo se hizo público y el presidente norteamericano fue sometido a un juicio político por perjurio por la Cámara de Representantes de los Estados Unidos. Fue exonerado.
En una reciente entrevista, Monica Lewinsky respondió todo, con detalles nunca antes revelados.
Pero una que antes no se había conocido fue cómo hizo Lewinsky para atraer la atención de quien entonces era el hombre más poderoso sobre la Tierra.
Fue el 14 de noviembre de 1995, fecha en que se celebró una fiesta sorpresa para un miembro del equipo de Clinton en la sede de Gobierno, en el corazón de Washington DC. Ella y el Presidente formaban parte del encuentro, de tono relajado.
En un momento determinado y a propósito, Lewinsky decidió dejar su ropa interior a la vista de su jefe cuando pasó al lado suyo. A los pocos minutos, la becaria caminó cerca del Salón Oval, Clinton le sonrió y le pidió que pasara. Instantes después ambos estaban besándose en una habitación contigua. Era el inicio de una relación que duraría casi dos años. Durante ese período tendrían al menos un encuentro sexual por semana.
Lewinsky dijo “me di cuenta de que la parte superior… de mi ropa interior se veía. Y pensé: ‘Bueno, subiré la apuesta’. Le solté: ¿Sabes?, estoy enamorada de ti. Y él se echó a reír, sonrió y me preguntó si quería ir a la oficina de atrás. Y lo hice”, recordó la ex becaria.
“Estaba oscuro y finalmente me preguntó si podía besarme y le dije que sí. Después de poco de tiempo, volví a mi escritorio. Y en algún momento más tarde en la noche, yo era la única persona en la oficina. Y volvió a entrar y dijo: ‘Si quieres encontrarte conmigo en el estudio posterior en 10 minutos, puedes hacerlo’. Así lo hice. Y todo fue más íntimo a partir de ahí“, dijo.
“No hablo de esto muy a menudo y todavía no me siento cómoda hablando de eso. Es una de esas cosas donde no es como si no hubiera registrado que él era el presidente. Obviamente que sí lo era. Pero creo que de una manera, en el momento en que estuvimos en la oficina administrativa por primera vez, la verdad es que creo que significó mucho para mí que la persona que otras personas deseaban, me deseaba“, relató la ex becaria en la entrevista dada a A&E.
Lewinsky también expuso cómo fueron sus encuentros sexuales con Clinton y desmintió que alguno hubiera sido en el Salón Oval: “Tenía una oficina personal privada. Ahí es donde tuvo lugar cada encuentro íntimo. Los encuentros florecieron en una relación. Pero nada sucedió dentro de la Oficina Oval propiamente dicha. Hablaríamos y quizás coquetearíamos aquí y allá, pero no habría ninguna actividad sexual en la Oficina Oval”, aclaró la mujer.
“En ese momento, lo veía casi semanalmente“, agregó Lewinsky, enfatizando que no necesariamente cada encuentro con el Presidente derivaba en algo sexual.
En otro tramo de la entrevista, Lewinsky explicó qué pasó con el famoso vestido manchado con el semen de Clinton que una amiga le dijo que conservara sin lavar. El encuentro ocurrió el 28 de febrero de 1997. El Presidente recién había ganado la reelección, y la invitó a estar en la Casa Blanca para su mensaje radial semanal. Luego le dijo que tenía un regalo para ella.
Era la primera vez que podían estar juntos desde que la “trasladaron” al Pentágono, una decisión que ella cree que fue tomada para que no afectara las elecciones presidenciales de noviembre de 1996.
“Entonces entramos al baño, y tuvimos más intimidad. Me hizo objeto de sus atenciones y yo respondí,. “Me incorporé y le dije que quería pasar a la siguiente fase, y finalmente dijo que sí. Terminamos y después lo abracé. Y él me abrazó. Y me fui”. El vestido ya estaba manchado, pero ni ella ni él se habían dado cuenta.
“Esa noche fui a cenar y alguien me dijo: ‘Oye, debes ir al baño, tienes todo el vestido manchado‘”. De hecho, ella creyó que era crema de espinacas o algo así, como declaró en su testimonio ante un Jurado de Instrucción en 1998.
Lewinsky tenía 22 años cuando en 1995 ingresó a trabajar como becaria en la Casa Blanca, tras lo cual comenzó una relación sentimental con Clinton, de 49 años. En 2014, Lewinsky ya había insinuado ante Vanity Fair haber tenido “tentaciones suicidas” por la “vergüenza y el miedo” sufrido, pero esta es la primera vez que habló concretamente de ello ante las cámaras.