Cómo un sencillo gesto podría ayudarnos a prevenir hasta 200 enfermedades
Hoy se celebra el Día Mundial del Lavado de Manos, una fecha que estipuló en 2008 la OMS y la Organización Panamericana de Salud, para concienciar a la población sobre la importancia que tiene este sencillo gesto a la hora de proteger nuestra salud.
Unas manos sin lavar pueden contener diferentes tipos de bacterias transmisoras de enfermedades, de ahí que sea fundamental mantener una buena higiene. Desde Bebés y Más nos sumamos a la conmemoración de este día, y os explicamos por qué es tan importante enseñar a nuestros hijos a lavarse bien las manos desde que son pequeños.
Las manos, principales portadoras de gérmenes
Las manos son la principal vía de transmisión de gérmenes, pudiendo ocasionar infecciones gastrointestinales, respiratorias y de contacto. Según la ONG Intermon Oxfam, cada año mueren en el mundo miles de personas por culpa de infecciones que podrían prevenirse con una correcta higiene de manos.
Nuestras manos tocan a diario decenas y decenas de superficies contaminadas con microbios (teléfono móvil, tiradores de puertas, llaves de la luz, wc, transporte público...), que luego propagamos tocándonos la nariz, boca y ojos, o manipulando alimentos o bebidas.
Según el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades, las personas nos tocamos los ojos, la nariz y la boca una media de 25 veces cada hora sin darnos cuenta, por lo que son muchas las enfermedades que podríamos transmitir si la higiene de nuestras manos es deficitaria.
Los expertos informan de que un lavado de manos con agua y jabón ayudaría a reducir la incidencia de diarrea en un 40%, y las infecciones respiratorias hasta en un 25% en los menores de cinco años.
Si ponemos nombre a las enfermedades que podrían evitarse con un correcto lavado de manos estarían aquellas como gripe común, gripe A, resfriados, neumonía, tosferina, bronquiolitis, bronquitis, hepatitis A y E, gastroenteritis, gastritis, toxoplasmosis, enfermedad mano-pie-boca, lombrices intestinales, salmonelosis, infecciones oculares... y así hasta 200 enfermedades, algunas muy habituales en niños pequeños.
¿Cuándo debemos lavarnos las manos?
A pesar de la cantidad de enfermedades que podemos prevenir en nosotros mismos y en los demás con una correcta higiene de manos, los expertos alertan de que esta sencilla práctica no se hace de forma tan sistemática o exhaustiva como debería ser.
Un contacto razonable con bacterias y gérmenes es algo normal y necesario para desarrollar el sistema inmunológico y las defensas, pero aunque el lavado de manos no debería convertirse en una obsesión, es fundamental tener precaución ante ciertos momentos, como por ejemplo:
Antes de cocinar o manipular alimentos, pues la contaminación de los mismos puede provocar una amplia gama de enfermedades y brotes, muchos de los cuales son especialmente peligrosos para los niños pequeños.
Antes de amamantar a un bebé o prepararle un biberón.
Antes de comer.
Después de ir al cuarto de baño o cambiar el pañal a un bebé (ya sea en un baño público o privado)
Tras el contacto con animales.
Después de toser, estornudar, sonarse la nariz...
Antes de tocar a un bebé.
Después de fumar.
Después de tocar basura.
Tras el contacto con tierra (por ejemplo, al llegar de jugar en el parque, tras realizar labores de jardinería...).
Tras la manipulación de productos químicos para la limpieza del hogar.
Después de pasar el día fuera de casa, o tocando cosas o superficies públicas.
Los niños pequeños deben lavarse las manos con relativa frecuencia, pues es habitual que se lleven las manos a la boca, nariz y ojos constantemente.
¿Cómo lavarse las manos eficazmente?
Pero no vale cualquier forma de lavarse las manos a la hora de prevenir problemas de salud. De hecho, un gran porcentaje de las personas no se frota con agua y jabón el tiempo suficiente, no se humedecen las manos antes de aplicarse jabón, o no se las secan bien una vez limpias.
Por eso, desde el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades han elaborado un vídeo explicando paso a paso cómo llevar a cabo una correcta higiene de manos.
Primero hay que mojar las manos con agua limpia
Después, enjabonarlas y hacer espuma, asegurándonos que también limpiamos el dorso de las manos, entre los dedos y bajo las uñas
Hay que restregar las manos al menos durante 40-60 segundos. Para que los niños asuman ese tiempo, podemos buscar alguna canción infantil que conozcan bien y que tenga esa duración, de manera que mientras la cantan sea el tiempo que estén frontándose las manos.
A continuación, aclarar las manos por completo con agua limpia
Secarse muy bien las manos, ya que cuando están húmedas se transfiere con más facilidad las bacterias. Hemos de tener muy en cuenta también que la toalla con la que nos sequemos esté limpia y se renueve con frecuencia, así como tener una por persona.
La OMS también ha elaborado una infografía explicando el proceso: