Aunque durante muchos años se nos dijo a los padres que el mejor modo de que los pies de los niños se desarrollaran era con unos zapatos rígidos, a poder ser botas, que les cogieran el tobillo y les permitiera poca libertad la realidad es muy diferente. Vamos, que lo mejor es todo lo contrario, que vayan descalzos tanto como sea posible y que cuando haya que calzarles sea con zapatitos livianos que permitan que sus tobillos tengan total libertad de movimientos.
El motivo es que descalzos los pies se desarrollan mucho mejor, más fuertes, con un puente más elevado y un mejor aprovechamiento de las estructuras del pie. Descalzos, incluso en casa. ¿Que si no se van a resfriar? No, tranquilos, no se van a resfriar por ello.
El mejor desarrollo del pie por ir descalzos
Como ya hemos explicado en otras ocasiones, cada uno de los pies de nuestros hijos tiene 26 huesos, 33 articulaciones y más de 100 tendones, músculos y ligamentos. Esto nos hace ver que nuestros pies son una auténtica obra de “ingeniera evolutiva” diseñada para caminar por los terrenos más insospechados, actualmente completamente desaprovechados.
Están preparados para que podamos caminar por la montaña, entre piedras, zonas sinuosas, trepar árboles, etc., pues todas sus estructuras nos permitirían adaptarnos a todo tipo de terrenos. Sin embargo, desde pequeños los tapamos y aislamos con zapatillas con una cierta amortiguación, cerradas, o zapatos, y entonces no les dejamos que se ejerciten lo suficiente.
Fijaos hasta qué punto el mejor o peor desarrollo de los pies es determinante que, en Kenia, el país que forma a los mejores corredores de élite, los niños que ganan las carreras no son los que llevan zapatillas, sino los que van descalzos.
"Me da miedo que se resfríen"
Lo saben. Muchas madres saben que es mejor que los niños vayan descalzos por casa y sin embargo lo evitan. Les da miedo que el contacto de su piel con el suelo frío les vaya a provocar un resfriado por un viejo mito de la salud que dice que "los resfriados entran por los pies".
Pero no, los resfriados no entran por los pies, y los virus tampoco, así que los niños pueden ir perfectamente descalzos y no resfriarse.
¿No tiene sentido para vosotros? Pues ahora mismo lo explicamos: tal y como explica la pediatra Gloria Colli en su página web, los resfriados suceden por dos razones que deben darse a la vez: virus y frío.
Virus hay por todas partes todo el año. Pasan del tracto respiratorio de una persona al de otra persona de manera directa (al hablar, estornudar, toser, etc.) o de manera indirecta, a través de las manos, si tocamos superficies donde están los virus y nos las llevamos a la boca o la nariz. Esos virus se quedan en nuestras mucosas y, dependiendo de cómo responda el cuerpo, nos provocarán un resfriado o no.
Esto quiere decir que no siempre que un virus entra en nuestro cuerpo nos provoca infección. Si así fuera, estaríamos siempre enfermos.
¿Cuándo enfermamos con más facilidad? Pues cuando hace frío porque es más fácil que nos contagiemos en los lugares que hace más calor (salimos menos a la calle, estamos en sitios cerrados porque fuera hace frío y los virus aprovechan el calor y la falta de ventilación y renovación del aire para hacer de las suyas).
Luego salimos a la calle, con el virus en nuestra nariz y el frío hace de complemento perfecto: el frío provoca vasoconstricción en la mucosa de la nariz, habiendo una menor presencia de leucocitos (defensas), y provoca también un menor movimiento de los cilios, que hacen de barrera para disminuir el paso de gérmenes al tracto respiratorio. Por eso en invierno es más fácil que los virus nos provoquen resfriados.
Dicho de otro modo, si viviéramos en un sitio donde siempre hace frío y fuéramos descalzos, o sin ropa, pero no hubiera virus, no nos resfriaríamos. Y si viviéramos en un sitio donde hubiera muchos virus, pero no hiciera frío, nos resfriaríamos bien poco.
Así que si un niño sale descalzo a la calle o a la terraza en invierno, sí, seguramente se va a resfriar si tiene algún virus pululando por su naricita, pero no porque esté descalzo, sino por respirar aire frío. De esto se desprende que podemos dejar que vayan descalzos por casa sin ningún problema, incluso en invierno. Se resfriarán cuando les toque, pero no por ir descalzos.
En cualquier caso, si aún queda alguna madre (o abuela) a la que esto no la convence, siempre puede comprar calcetines antideslizantes.