Hace muy pocos días, un joven de Río Cuarto se contactó con una menor de 16 años por Facebook. Rápidamente ella quiso conocer al muchacho y acordaron que él la pase a buscar por su casa. Luego, la joven le pidió ir a la costa del río, pero una vez allí, fueron abordados por otros sujetos -cómplices de ella-, quienes maniataron al chico, lo golpearon, amenazaron con violarlo y le destruyeron el auto. Lo encerraron en el baúl del vehículo y lo mantuvieron cautivo por casi 4 horas. Finalmente, alrededor de las 5 de la mañana del día siguiente, lo liberaron.
Río Cuarto cambió en los últimos años. Por población, desarrollo económico, infraestructura, las universidades, entre otros factores, la ciudad creció considerablemente. Sin embargo, esto no sólo trajo beneficios o resultados positivos. Los hechos delictivos también se incrementaron rotundamente y es un llamado de alerta para sus ciudadanos.
Con respecto al caso del joven que fue secuestrado, el comisario Pedro Díaz manifestó a
LV16 que “es un hecho aislado” y afirmó que no se dio demasiada información a la sociedad porque “se encuentra en una etapa investigativa”. Que es un caso esporádico es real, pero no deja de ser preocupante.
El episodio del
trapito que murió tras recibir tres disparos a las 16.30 del domingo 13 de marzo de 2016 también es un hecho aislado, pero son situaciones que no son propias de una ciudad como Río Cuarto -o al menos nunca lo fueron-. Está claro, no deberían suceder en ningún lado, aunque ver una noticia sobre un baleo o un secuestro en Buenos Aires no sorprende a nadie. Verlo en Río Cuarto, sorprende y asusta a cualquiera.
Números alarmantes
Si se miran estadísticas,
en los primeros 45 días del 2017 -1 de enero al 14 de febrero-, 30 hechos de robo o conflictos entre grupos barriales fueron informados desde la policía local y publicados por
LV16.com.
En 21 de esos 30 casos, los delincuentes portaban armas. En 12 de esos 21, eran armas de fuego.
Baleos por robar un celular, por escapar de la policía o por solucionar una vieja disputa barrial. Cada vez es más común que Río Cuarto vea como una persona ataca a otra con un arma de fuego. Desde la Departamental no quisieron brindar más datos, pero en lo que va del 2017,
cada dos días alguien recibió un disparo o fue amenazado con un arma.
Otro aspecto preocupante es que ya no depende tanto del barrio o del momento en el que ocurre el delito. Muchos de los asaltos fueron en horarios de comercio, a plena luz del día y en escenarios del macrocentro -y hasta microcentro- de la ciudad. Basta con ver el incidente que sufrió la hija del parlamentario Humberto Benedetto, Constanza, quien
recibió un disparo en su pierna izquierda a las 21 del jueves 2 de febrero porque se resistió a que le robaran el celular. Fue en la intersección de las calles María Olguín y Moreno, pleno macrocentro.
A su vez, son todos hechos que no contabilizan los diarios arrebatos que se dan en distintos puntos de la ciudad, las situaciones de violencia hacia las mujeres (
hoy se conoció otra víctima) y la pequeña oleada de motochorros que suelen deambular por las calles.
En general, las personas que más tiempo llevan viviendo en la localidad siempre presentaron a Río Cuarto como un “pueblo grande”, donde en mayor o menor medida, todos se conocen, saben quién es quién, cuál es la familia de tal o a qué se dedica. Si bien históricamente se consideró al Imperio como la segunda ciudad en importancia en la provincia de Córdoba, hoy en día su inseguridad es más notoria y preocupante que hace algunos años.
Como bien planteó el comisario Díaz, “
un solo hecho delictivo crea inseguridad”, por ello es de vital importancia que la policía trabaje de forma conjunta con el Estado y la propia sociedad para que Río Cuarto sea una ciudad segura y tranquila para todos.
Nicolás Grimalt