El Día Nacional del Kinesiólogo se celebra cada 13 de abril desde que el 13 de abril del año 1937, el consejo directivo de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA) dispuso transformar el curso de kinesiterapia en la Escuela de Kinesiología.

Los primeros Cursos de Kinesiterapia en la Argentina comenzó a dictarlos la Doctora Cecilia Grierson, en el año 1904. Cecilia, fue la primera mujer en graduarse como médica en Sudamérica y dictaba sus clases en la Facultad de Medicina de Buenos Aires.

En el marco de este día, desde La Vuelta del Perro dialogamos con el presidente del Colegio de Kinesiólogos de Río Cuarto, Luis Carpio. El colegio abarca todo el sur de Córdoba y cuenta con cerca de 500 afiliados.

La carrera de kinesiología se puede estudiar en la ciudad de Río Cuarto, dura 5 años y con el paso de los años se expandieron las especialidades de la carrera.

Antes el perfil profesional solo implicaba tratamientos médicos y con el tiempo, la investigación científica fue aportando distintas facetas que podían dar mejor calidad de vida a la población.

¿Cómo fue trabajar en pandemia?

Dijo que fue muy duro porque los que trabajan en consultorios particulares no podían atender en ellos y por ende trabajar en cambio los profesionales que se desempañaban en instituciones publicas o privadas, no tenían inconveniente. “Fue difícil por la realidad con la que se trabajaba”, indicó.

Lo siguiente fue el problema económico por la demora en la respuesta de las obras sociales, según manifestó el presidente del Colegio.

Dijo que las mutuales no estuvieron del todo bien porque los pagos no se hacían a tiempo y los aranceles son muy bajos. “Es una lucha constante del Colegio para que esto se pueda mejorar. Hay mutuales que pagan $300 una sesión kinesiológica cuando el profesional invirtió tiempo y dinero en capacitarse”, señaló.

Además, dijo que luchan por el reconocimiento de los profesionales intensivistas.

Por último, aprovechó la oportunidad para saludar en su día a todos los colegas de la regional 6. “Esta es una profesión de servicio. Es una pena que no seamos recocidos”, concluyó.