Juan Aussello opera uno de los aviones hidrantes anfibios de la Provincia de Córdoba y con los que hace 2 meses sale a diario para sofocar los incendios.

En diálogo con Micrófono Abierto, Juan comentó que trabaja con el avión AT802. Se formó en Valencia con otros dos pilotos y este año ya se pudo trabajar en la enseñanza del mismo para formar a otros pilotos.

Este piloto comentó que la labor que lleva adelante es “increíblemente manual, cuando te dan el mapa uno llega al lugar y depende del viento para realizar la operación. Cuando salís no sabés si vas a un incendio que dura unas horas o varios meses”.

Aussello comentó que los aviones que utilizan cargan unos 2800 litros y la descarga que realizan se realiza en un segundo y también pueden fraccionar la caída del agua.

Según el piloto los aviones hidrantes ayudan a la tarea de los bomberos, “el avión aplaca y apaga, pero a los 10 minutos vuelve por el viento, por eso somos una herramienta que bien usada ayuda a que la labor del bombero sea muy eficaz”.

Ante la consulta sobre la utilización de los aeroaplicadores manifestó que si bien hay 2 mil aviones para ayudar, “la realidad es que serían de gran estorbo”.

Señaló que la estructura de estos aparatos no está adaptada para el lanzamiento del agua en este tipo de siniestros porque lo hacen más lento.

“Los aeroaplicadores y los aviones para incendios no pueden entrar con esos equipos a las montañas, ellos eyectan el agua en 7 u 8 segundo y cuando tenés una descendente el avión se puede caer. Necesitas una gran tapa con mucha ventilación para que descargue en un segundo”.

Sostuvo que es distinto el nivel de peso de carga del agua del avión hidrante en comparación con las máquinas que utilizan líquidos para fumigar.

Insistió con que es mentira que la provincia de Córdoba niegue el trabajo de estos aviones.

“Es mentira que Córdoba niega la acción de los aplicadores, pero éstos deben invertir en comprar las tapas que les piden los seguros y además que es necesaria cierta preparación”.

Remarcó que es cierto que los pilotos aeroaplicadores están formados para trabajar en incendios, pero el problema es la adecuación del aparato.


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