Por la reestructuración de sus negocios, la multinacional decidió mudar a Brasil el manejo de las operaciones regionales. Históricamente la marca había concentrado esta sección en Buenos Aires.
En medio de una reestructuración de sus negocios a nivel continental, Coca-Cola dejará de manejar desde la Argentina sus operaciones en la región. La multinacional avanza con un plan para mudar a Río de Janeiro la dirección de las filiales sudamericanas que hasta ahora dependían de Buenos Aires: Perú, Bolivia, Paraguay, Uruguay, Chile y la propia Argentina.
La operación no implicará ningún cambio para el consumidor, ya que todos los productos de Coca-Cola se seguirán fabricando y comercializando normalmente a nivel nacional.
La decisión pone en jaque los puestos de trabajo a nivel regional que hasta ahora se realizan desde la Argentina. Para avanzar con esta movida, la empresa puso en marcha un agresivo plan de retiros voluntarios y que en principio vence mañana, aunque no se descarta una prórroga.
En Coca-Cola confirmaron su continuidad en el mercado argentino -"la compañía y sus embotelladores seguirán operando en el país"-, pero reconocieron que están avanzando en un proceso de reorganización. "Coca-Cola está realizando una reorganización de su estructura a nivel mundial con el objetivo de acelerar su estrategia de crecimiento para convertirse en una compañía total de bebidas que opere en una red interconectada, combinando la capacidad de su escala global con las necesidades locales de los mercados.
En América Latina, la reorganización contempla la creación de tres nuevas zonas geográficas que, en reemplazo de la actual estructura, trabajarán en estrecha colaboración con los equipos de liderazgo globales. Argentina se integrará en la nueva estructura para el sur de la región, que incluye también a Brasil, Paraguay, Uruguay, Chile y Bolivia", precisaron en la multinacional.
La "actual estructura" era la que tenía la Argentina como cabeza regional, lugar que ahora pasará a ocupar Brasil.
Reestructuración
La actual número uno de Coca-Cola para la región, la española Luisa Ortega, también se mudará a manejar las operaciones de la marca en Centroamérica, y la filial argentina de la multinacional quedará encuadrada en una estructura cuyo presidente estará basado en Brasil.
El nombre de la persona que reemplazará a Ortega como presidente de las operaciones de la nueva región "Sur" -y que incluirá a Brasil, Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay y Bolivia- será anunciado más tarde, según informó la casa matriz de Coca-Cola en un comunicado interno, aunque trascendió que será un ejecutivo brasileño. Por su parte, la operación en Perú pasará a depender una oficina "Central", que reúne a las filiales de Colombia, Ecuador, Venezuela, Perú y Centroamérica y el Caribe.
Para Coca-Cola Argentina significa un cambio importante. Históricamente la marca había concentrado en Buenos Aires el manejo de las operaciones para el Cono Sur y a partir de 2000 le había sumado las filiales de Perú y Bolivia. Ahora todas las decisiones se tomarán en Brasil.
Un interrogante que se abre es qué pasará con el edificio corporativo que inauguró Coca-Cola hace apenas un par de años, sobre la avenida General Paz, a pocos metros del shopping DOT.
Ese edificio alberga a los equipos a cargo tanto de las operaciones de la Argentina -que continuarán trabajando desde Buenos Aires- pero es ocupado en gran parte por los gerentes a cargo de las funciones regionales.
Aceleración
La reestructuración de oficinas forma parte de un proceso regional, que puso en marcha Coca-Cola para revitalizar sus negocios hace tres años, pero que se aceleró a partir de la pandemia. En ese marco, para la Argentina implica un revés desde el punto de vista de los negocios y no está ajeno al mal climaque se vive en materia empresaria.
"Los negocios de la región de Coca-Cola que siempre se manejaron desde Buenos Aires se están 'brasileñizando' y esto se explica en gran parte a que el clima de negocios en la Argentina está muy complicado", señaló a LA NACION una fuente cercana a la multinacional.