La mayoría de las muertes han ocurrido a causa de incendios de instalaciones en medio de saqueos. Hay más de 200 civiles heridos y más de 2.000 detenidos.
El balance de muertos en el marco de las protestas que se registran en todo Chile ascendió en la madrugada de este martes a 13 después del hallazgo del cadáver de un hombre que murió electrocutado en medio del saqueo a un supermercado en el centro de Santiago de Chile.
Carabineros confirmó que encontró el cuerpo en el interior del local al llegar a la zona tras recibir una llamada de emergencia para disolver una turba que lo estaba saqueando en pleno toque de queda en la capital chilena.
Las intensas protestas se mantuvieron en varios puntos de Chile este lunes, por cuarto día consecutivo, en un estallido social al que el presidente Sebastián Piñera propuso enfrentarse con "un acuerdo social".
En una primera declaración de intención y aún resintiendo los ecos de la fuerte declaración emitida el domingo, cuando afirmó que Chile enfrentaba una "guerra", el mandatario derechista propuso la noche de este lunes un "acuerdo social" que permita acallar el peor estallido social en varias décadas en el país suramericano.
En su mensaje público, Piñera dijo que se reunirá el martes con líderes partidistas "tanto de gobierno como de oposición", para explorar un acuerdo. Piñera se comprometió a poner en común ideas para mejorar las pensiones, bajar el precio de los medicamentos o mejorar la calidad en la atención de saludo.
Además, el Gobierno rebajó ayer el precio del billete del metro de Santiago a la tarifa anterior a la subida que encendió a mecha de las protestas. De esta manera, el martes, la linea 1 del suburbano, la única que prestará servicios, abrirá al público con un precio de 800 pesos (poco más de un dolar, algo menos de un euro ) en vez de los 830 pesos
La cuarta jornada de protestas se vivió con intensidad en todo el país este lunes, cuando muchos chilenos intentaron -con varias complicaciones- retomar en parte sus actividades normales.
"Que se vayan los milicos", gritaron los manifestantes en la céntrica Plaza Italia, en abierto desafío a las fuerzas militares y policiales que desde el sábado resguardan en gran número el centro de la capital chilena, bajo estado de emergencia y toque de queda por tercera noche consecutiva.
UN DESPERTAR CON FURIA
Bailando, caceroleando y aplaudiendo con fuerza cada vez que sobrevolaba un helicóptero militar, los manifestante también coreaban: "Ohhh...Chile despertó; Chile despertó...".
"Lo del metro es lo de menos. No me alcanza para vivir, personalmente me afecta el costo de la educación, el costo de la vida, ni siquiera voy al médico. Cuando me enfermo tomo yerbitas", dice Claudia Rozas, una estudiante de 22 años.
Los disturbios dejan hasta el momento 13 fallecidos, uno de ellos un joven de 23 años quien fue atropellado en el puerto de Talcahuano (sur) por un camión militar y cuyo conductor -un infante de marina- fue detenido, informó la Fiscalía chilena.
Las muertes han ocurrido en su mayoría a causa de incendios de instalaciones en medio de saqueos. El Partido Comunista denuncia la muerte por un disparo policial de un joven ecuatoriano en la ciudad de La Serena (norte)
El ministro de Salud, Jaime Máñalich, informó de su lado que hay 239 civiles heridos, ocho de ellos en riesgo vital. El titular de la cartera de Interior, Andrés Chadwick, dijo que 50 policías y soldados también resultaron heridos, en tanto la Fiscalía dio cuenta de 2.151 detenidos en todo Chile. El Instituto de Derechos Humanos reportó en tanto 37 heridos por arma de fuego.
DÍA LABORAL A MEDIAS
En un ambiente de gran tensión, muchos empleadores cancelaron las jornadas de trabajo y las clases estaban suspendidas en prácticamente todos los colegios y universidades hasta al menos este martes.
Las autoridades calcularon hasta este lunes en 20.000 los puestos de trabajo afectados por la destrucción y la bolsa de Comercio de Santiago cerró sus operaciones con una caída de 4,61%.
Si el detonante del conflicto fue el aumento de la tarifa del metro, con el correr de las horas las protestas se hicieron eco de otras reivindicaciones en una sociedad que incuba desde hace aáos descontento con un modelo económico cuyo acceso a la salud y a la educación es prácticamente privado, con una alta desigualdad social, bajas pensiones y alza de los servicios básicos.
"La gente está aburrida, está cansada, está dolida porque es mucho", dice Solange, una maestra que se manifestaba en el centro de Santiago.
En el centro de Santiago, con una gran presencia militar y policial durante todo el día e incidentes en varios puntos, algunas tiendas abrieron sus puertas, pero la mayoría de los supermercados y centros comerciales permanecieron cerrados o abrieron parcialmente.
En los pocos supermercados que abrieron, las personas hicieron largas filas para abastecerse de víveres. En las gasolineras también hubo enormes colas de vehículos para cargar combustible.
La violencia de las protestas tenía a muchos perplejos, con miedo, aunque también expectantes de los cambios que se pueden venir tras el estallido.
"Se veía venir esto. El gobierno no ha hecho nada, no era solo el pasaje de metro lo que disparó esto y terminó en vandalismo. Si el gobierno no hace cosas contundentes, medidas para mejorar los sueldos, la salud, las pensiones...", dijo a la Carlos Lucero, de 30 años, vendedor de sándwiches en el céntrico paseo Ahumada.