La mujer pide a los niños de tres y cinco años que devuelvan lo sustraído y se disculpen. El episodio se grabó y se ha vuelto viral.
¿Si pillas a tu hijo robando, qué harías, aunque tan solo fuera un paquete de chicles? Normalmente, el riesgo, la aventura, lo prohibido son cosas que pueden atraer a los más pequeños de la casa, ¿pero cómo les podemos enseñar la diferencia entre el bien y el mal?
A este respecto, una madre mexicana tomó una decisión.
Todo sucedió mientras Andrea cenaba con su hijo Lucas de tres años y se percató de que este llevaba algo en su pantalón, en su bolsillo. Era un paquete de chicles que no habían pagado en la tienda, según relata el Universal de México. Al verificar la ropa de su otro pequeño de cinco años, encontró otro paquete de estos dulces. El problema era claro: ella no había pagado por ellos en la tienda, por lo que sus hijos se los habían llevado sin permiso. Los habían robado. Fue entonces, cuando a pesar de que ya estaban todos en casa, la progenitora decidió que sus hijos volviesen a la tienda a devolver los chicles y pedir disculpas, prometiendo que no lo iban a volver a hacer.
“Tras enterarme, les dije que tenían que enfrentar las consecuencias de sus actos”, relató la mujer al mismo periódico. “No se trataba tanto de lo robado, del precio, sino de corregir el acto de robar en sí mismo”, añadió esta madre.
El momento de la disculpa fue grabado en vídeo y las palabras de los menores se han vuelto virales con más de 1.000 me gustas, miles de comentarios y más de 137.000 reproducciones en Facebook. En él, se ve cómo los niños entregan a los dependientes los chicles entre lágrimas. Los trabajadores les preguntan si se los llevaron sin pagar, ante lo que el mayor de los hermanos reconoce su culpa entre sollozos. De fondo se oye a la madre diciendo. "A la próxima le van a hablar a la policía y se van a ir a la cárcel. Robar no está bien, ¿de acuerdo? Dígale, muchas gracias".
Entre los comentarios de padres y usuarios de esta red social, en su mayoría positivos que, incluso, describen lo sucedido como un castigo ejemplar, cabe destacar: “Y en el futuro tendremos a dos adultos honestos que saben reconocer cuando se equivocan y reparan el daño que han cometido. Y no nos espantemos de que los grabaron ya que a veces se publican cosas peores”; “Recuerdo que mi mamá una vez también me dio una lección igual que a esos niños cuando agarre unos chocolates de una tienda. Y desde ese día juro por Dios que nunca he sentido tanta pena como aquel día... pero Gracias. Mamá. Me enseñó una importante lección” o “Yo haría lo mismo, mi hijo tiene tres años y ya sabe que no debe tomar nada sin antes pagarlo, y ahora siempre que vamos a una tienda primero me pide dinero”.
Fabiana | No puedo creer que este acto de autobombo mediático de una madre, exhibiendo la angustia de sus hijos, pueda tomarse como ejemplar. El mismo hecho puede contarse de muchas maneras, todos lo conocemos o lo hemos protagonizado. La honestidad se enseña con ejemplo. Este ejemplo únicamente enseña crueldad hacia los más desprotegidos.