El Banco Central (BCRA) realizó el viernes la mayor venta de reservas de la semana: sacrificó 51 millones de dólares y otros 435 millones de yuanes para atender las necesidades en el mercado que no pudieron ser abastecidas por la oferta voluntaria de divisas.
De este modo, cerró la jornada desprendiéndose de algo más de US$112 millones, con lo que el saldo de sus intervenciones a lo largo de la semana superó un equivalente a los US$350 millones, cifra apenas 9% inferior a la dilapidada en la última semana del mes anterior, cuando la demanda de divisas suele repuntar y mostrar un pico por la estacionalidad en los pagos por importaciones.
“Estos números lo que indican es que ni vendiendo todo el oro que tiene en cartera (valuado en unos US$4000 millones), el BCRA podría recomponer su tenencia de reservas netas o devolver todos los pasivos que asumió (encajes, swap chino, deuda BIS)”, apuntó por redes el economista Ramiro Castiñeira, de la consultora Econométrica, para graficar la grave situación.
El BCRA -previsiblemente- debió volver a sacrificar a diario reservas una vez finalizada la versión III del dólar soja. Desde entonces, transcurrieron 23 ruedas cambiarias y en ella sacrificó en intervenciones sobre el mercado unos US$1350 millones (a razón de US$61,4 millones por jornada hábil).
Sin embargo, si se toma el promedio de intervenciones desde que, además de dólares, comenzó a dar curso al pago de las SIRAS aprobadas desde hace dos meses en yuanes, el ritmo promedio de pérdida de reservas se elevó hasta los US$74 millones por día.
Algunos economistas, como Carlos Melconian (hoy en la Fundación Mediterránea y encargado de elaborar una propuesta de plan económico para la administración que siga), relacionan este aumento en las ventas del BCRA (y una probable aceleración en la aprobación de las Sira) con una posible estrategia del Gobierno para eludir las pulsiones recesivas que ya muestra la economía dado el tiempo de elecciones y, de paso, agregar otra pesada herencia a la administración siguiente.
“No va a ser cosa que no quieran ajustar el nivel de actividad, porque hay elecciones, que no quieran bajar las importaciones para evitar faltantes, para que no se paren las fábricas, y otorguen SIRAS (permisos de importación) a pagar después del 10 de diciembre”, aseguró en una de sus últimas ponencias públicas.
Lo concreto es que la dinámica actual del mercado cambiario oficial luce claramente insostenible, lo que hace que los inversores estén cada vez más atentos al desarrollo de las negociaciones con el FMI, para destrabar al menos el desembolso de US$4000 millones comprometido para este mes.
O especulen con la posibilidad de que se apliquen nuevos impuestos a las importaciones -para desalentar la demanda- o se avance en un nuevo plan de dólar soja, para estimular la oferta, ahora que quedó a la vista que los aportes del aún vigente “dólar agro” (fueron de apenas US$14 millones hoy), son tan marginales que no tienen impacto sobre el balance del mercado.
La nueva y fuerte venta de reservas se registró en una rueda en la que el BCRA dejó subir $0,60 al dólar mayorista, que cerró a $261,00 por unidad para la venta. De este modo, en la semana que acaba de finalizar trepó “$4,30, por encima de los $3,70 de corrección total de la semana anterior”, hizo notar el operador Gustavo Quintana, de PR Cambios.
La Nación