La instrumentadora quirúrgica Silvia Barrera, vendrá a Río Cuarto a fines de marzo en el marco de las actividades organizada por la Agrupación de Veteranos Operativo Virgen del Rosario
40 años de Malvinas: doce mujeres que dijeron sí para atender a los heridos en la etapa de combates más cruentos.
La instrumentadora quirúrgica Silvia Barrera, quien todavía trabaja en el Hospital Militar Central en Buenos Aires, vendrá a Río Cuarto a fines de marzo en el marco de las actividades organizada por la Agrupación de Veteranos Operativo Virgen del Rosario. Relató por LV16 las vivencias a bordo del ARA Almirante Irízar, que funcionaba como buque hospital en un espacio cruzado por las artillerías inglesa desde el mar y la argentina desde las islas.
Desde el embarque el 8 de junio en el continente hasta el regreso el día 18, las veteranas de guerra vivieron momentos que cambiaron sus vidas y dejaron secuelas sicofísicas y maduración personal.
Llegaron a las 16, a las 17 oscureció y vieron el cruce de fuego desde el buque a las pocas horas.
Silvia Barrera dijo que el 13 de junio, antes del cese de hostilidades, hubo un intercambio de fuego desde la guardia del rompehielos Almirante Irízar, que operaba como hospital, con comandos ingleses que querían escudarse en el barco para desembarcar.
Barrera también dijo a Radio Río Cuarto que a pesar de las leyes que benefician a los ex combatientes, debe existir una voluntad propia de concurrir para ser atendidos. La guerra ha dejado secuelas sicofísicas que al ser personas mayores de 60 años se potencian.