Este viernes, Alberto Fernández emprenderá su primer viaje al exterior desde su triunfo, el domingo pasado. Y si pensaba descansar este fin de semana junto a su novia Fabiola Yáñez hasta su bilateral con el presidente Andrés Manuel López Obrador el martes próximo, los planes se vieron frustrados por una agenda que se fue recargando.
Y fue el propio presidente electo quien amarró una comida con el magnate mexicano Carlos Slim, uno de los mayores de América latina.
Su imperio de telecomunicaciones floreció gracias a Claro, la operadora de telefonía celular que es líder en América latina y está entre las tres primeras de la Argentina. Slim, que también participó como accionista de YPF en los momentos en que se realizó la expropiación a Repsol, fue considerado un tiempista que supo moverse en las aguas K.
La comida en Ciudad de México podría estar al mando del hijo del empresario, Carlos, y otros ejecutivos más están pidiendo cita. El viaje todavía se está armando. A su regreso de México, además, Alberto F. ya tiene en agenda otra ambiciosa propuesta. Un viaje Houston, Estados Unidos, para encontrarse con inversores, mayormente del sector energético. Este otro periplo sería antes del 10 de diciembre, fecha de su asunción presidencial. A México viajará con Felipe Solá, que suena como posible canciller.
Tal como había anunciado en conferencia de prensa este lunes, AMLO habló por teléfono con Fernández y con Evo Morales para felicitarlos.
Son distintas situaciones, ya que Morales enfrenta una rebelión interna contra su victoria en primera vuelta, que tampoco reconoce buena parte de la comunidad internacional. AMLO y Fernández hablaron por teléfono y amarraron su encuentro. Ya no sería el lunes 4 como se pensaba sino el martes por problemas en la agenda del mexicano.
Desde antes de ganarle las PASO a Mauricio Macri, el en agosto, Fernández quiso mostrarse con López Obrador, hombre de centroizquierda. López Obrador logró mantener cierto equilibrio con Donald Trump, tras los embates del estadounidense contra la inmigración a Estados Unidos a través de la frontera norte de México.
Fernández siempre dijo que imaginaba una política exterior de tipo "neutral" como México y Uruguay, sobre todo en lo que hace la relación con el chavismo. Washington empezó a observar sus pasos. Viajó España, Portugal, Bolivia, gobernados todos por el socialismo. También a Perú. Hoy, la relación con Brasil está cortada por el fuerte rechazo que le tiene al kirchnerismo Jair Bolsonaro. Y Fernández, sigue en campaña por la libertad de Lula da Silva, principal enemigo del actual mandatario brasileño.
Este encuentro con AMLO empezó tomar forma durante la visita que hizo a Buenos Aires el subsecretario para América Latina y el Caribe de la Cancillería de México, Maximiliano Reyes Zúñiga. El funcionario viajó especialmente para armar la cita con AMLO que nunca viajó fuera de México desde que asumió, en diciembre de 2018.
Entre el viaje a México y el posible desembarco en Houston, Fernández capitaneará la reunión del Grupo de Puebla, que aglutina al sector de líderes de izquierda y que se autodenominan como progresistas. La reunión será en Buenos Aires, aún bajo la presidencia de Mauricio Macri. Será del 8 al 10 de noviembre en el Hotel Emperador. Alberto F. lo va a inaugurar y están invitados cantidad de dirigentes que incluso fueron presidentes.
Entre ellos José Luis Rodríguez Zapatero (España), Pepe Mujica (Uruguay), Dilma Rousseff (Brasil), Ernesto Samper (Colombia), Rafael Correa (Ecuador), Fernando Lugo (Paraguay) y Leonel Fernández (República Dominicana). El Grupo es una suerte de hijo del Foro Social de San Pablo. Ya en julio cuando se hizo el primer encuentro, se pensó en Buenos Aires como segunda sede y el triunfo de Fernández en las PASO lo fortaleció.