Ángela tenía 36 años y cuatro hijos. La obra social provincial le negó tres veces la derivación para que sea atendida por un especialista.
Pero 300 días después de su primera internación llamaron para decir que finalmente habían conseguido el turno, aunque ella hacía dos meses que ya había fallecido.
Ángela Gutierrez fue internada de urgencia en diciembre de 2018 por un hipertiroidismo avanzado.
Sus glóbulos rojos y plaquetas descendían a un ritmo acelerado, y provocaron que se descompensara. Estuvo internada más de 15 días en el Hospital de Caleta Olivia, y tras un breve alta de 48 horas volvió a descompensarse y fue internada el 24 de diciembre en terapia intensiva.
A pesar de que los profesionales médicos que la atendieron solicitaron su urgente derivación a Buenos Aires en tres oportunidades, el médico auditor de la Caja de Servicios Sociales (la obra social estatal santacruceña) le negó dichas derivaciones.
Angela murió en mayo pasado. Y esta semana, un par de días antes del que debía ser su 37º cumpleaños, un llamado sonó como una broma macabra en su casa: le informaban que Ángela tenía finalmente dos turnos con la endocrinóloga que hubiera podido salvar su vida.
Una burla
Desde el día 4 de diciembre del 2018 -cuando fue internada por primera vez- hasta el día 15 de julio del 2019 -cuando la obra social confirmó el turno con la endocrinóloga que venía de Buenos Aires- pasaron 300 días. La burocracia pudo esperar tanto. Ángela no.
“Fueron 3 derivaciones urgentes que nos negó el Dr. D. S. auditor de la Caja de Servicios Sociales hasta en el Instituto al que ellos nos mandaron en Comodoro nos pusieron que era urgente que la vea una endocrinóloga en Buenos Aires. Pero con eso nos volvió a rechazar el viaje, porque supuestamente él nos iba a conseguir un turno con la endocrinóloga que viene de Buenos Aires una vez al mes a Caleta; con esa excusa nos frenaba la derivación”, explicó Carlos, el esposo de Ángela, en diálogo con Truncado Informa.
17 años
Carlos, empleado provincial de los Antiguos, compartió con Ángela -empleada municipal de esa localidad- los últimos 17 años. Cuando se conocieron, ella tenía 3 hijos, y la pareja luego tuvo uno más que hoy tiene 9 años.
El dolorido esposo recuerda como si fuera hoy, el frustrante camino que tuvo que recorrer mientras la salud de Ángela se deterioraba, ante la desaprensión y la desidia burocrática de algunas personas.
“El 4 de diciembre del 2018 caímos con mi señora por un problema de tiroides en el Hospital de Caleta hasta el día 20 que le dieron el alta para que venga a pasar las fiestas acá a la casa con su familia. Teníamos que volver después, pero el 23 se descompenso, nos mandaron a Caleta de nuevo y llegamos el 24 a la madrugada, ahí estuvo en terapia con un cuadro grave, le dejó de funcionar la medula ósea durante cuatro días”, relata Carlos.
“Cuando se recuperó un poco nos dieron el alta porque ella se había deprimido mucho, así que nos quedamos en el hotel (en Caleta Olivia)” “Los Doctores me dieron los papeles para ir a la Caja de Servicios Sociales en enero a pedir la derivación en carácter de “URGENTE” a Buenos Aires por hipertiroidismo avanzado porque se le estaban bajando muchos los glóbulos rojos, las plaquetas y ese traslado lo negó el Dr. porque según él había especialistas para atenderla acá”, continuó.
Es su relato, Carlos recuerda que “cuando ya llevábamos 5 meses en Caleta yo me enoje y le dije al Doctor S. que iba a retirar todos los papeles y los iba a mandar a Gallegos y esta persona mientras me gozaba me dijo: ‘Manda lo que quieras a donde quieras porque la última palabra la tengo yo, yo soy el que autoriza’.
“Yo tome esas palabras como que se estaba aprovechando de nuestra situación que estábamos pasando, nosotros somos una familia que no tenemos para poner abogados o algo, somos pobres”, dijo. “Ángela falleció el 14 de mayo: se descompuso en el hotel y cuando llegamos al hospital falleció”, dijo.
A pesar del derrotero burocrático, Carlos agradece “a todo el personal de la Caja de Servicios Sociales de Caleta Olivia siempre nos atendieron muy bien, siempre fueron muy correctos, el problema es este Señor Auditor”.
En medio de su dolor, y cuando se acercaba la fecha del cumpleaños de Ángela, un llamado telefónico lo sorprendió: el lunes “me llamaron del Hospital de Caleta Olivia para decirme que el turno que habían pedido de la Caja de Servicios Sociales estaba confirmado”.
“Mi esposa ya había fallecido hacia dos meses, yo estoy seguro que si hubiéramos viajado a Buenos Aires hoy mi señora estaría viva conmigo y sus hijos”.
Eduardo Murphy / VíaPaís