El Papa Francisco afirmó en la homilía de la Misa de Pentecostés, celebrada en la Plaza de San Pedro, que para alcanzar la paz interior y "poner orden en el frenesí" se necesita al Espíritu Santo y no pastillas o soluciones rápidas.
En este sentido criticó la actual forma de vida, que consiste en "una pastilla detrás de otra para seguir adelante" y en "una emoción detrás de otra para sentirse vivos". En este sentido, ha subrayado que las personas necesitan al Espíritu por que "Él es quien pone orden en el frenesí".
Según explicó, "aquellos jóvenes que poseídos por la incertidumbre pensaban que habían llegado al final, fueron transformados por una alegría que los hizo renacer".
"No sirve de nada saber que el Resucitado está vivo si no vivimos como resucitados", ha dicho el Papa, que también ha explicado que es el Espíritu es el que hace que Jesús "viva y renazca" en los creyentes y el que les "resucita por dentro".
En esta Misa de Pentecostés, Francisco ha hablado de las "desarmonías" actuales, que se han convertido en divisiones: "están los que tienen demasiado y los que no tienen nada, los que buscan vivir cien años y los que no pueden nacer". Frente a esto, ha insistido en que el Espíritu Santo "reúne a los distantes, une a los alejados y trae de vuelta a los dispersos".
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