Hoy vamos a ver el antes y el después de esta ciudad ucraniana gracias a las imágenes del proyecto Forgottenisland.net. Empezó como una web en la que mostrar lugares abandonados, pero que se ha convertido en un portal casi enteramente dedicado a documentar cómo es Pripyat a día de hoy, 32 años después del desastre nuclear.
El responsable de este proyecto es Kamil, un fotógrafo polaco que lleva 15 años viviendo en un pequeño pueblo de Escocia. Siendo Polonia un país vecino de Ucrania, Kamil lleva desde niño oyendo hablar del accidente de Chernobyl, lo que ha hecho crecer en él una fascinación y el interés por tratar de mostrarnos cómo ha cambiado la zona con el paso de los años.
El recorrido empieza en el centro de la ciudad de Pripyat, en la que hace unas décadas era una de sus grandes avenidas con arbustos bien podados y calles en perfecto estado. Hoy, el lugar ha sido invadido por unos árboles que han empezado a levantar el pavimento, dándole al lugar un aspecto desolado. Como si el ser humano hubiera estado lejos más tiempo del que realmente ha estado.
Muy cerca tenemos el Palacio de la Cultura Energetik. Está ubicado en el centro de la ciudad, en la plaza Lenin, con su icónica noria situada en la parte trasera del edificio. Estos Palacios de Cultura fueron centros comunitarios establecidos durante la era soviética. El nombre Energetik tiene dos significados, ya que puede referirse tanto a "enérgico" como a "trabajador de planta de energía".
El parque de atracciones de Pripyat nunca llegó a inaugurarse. Su puesta en marcha estaba prevista para el 1 de mayo de 1986 coincidiendo con el Día del Trabajador, pero el 26 de abril estalló el reactor 4 de la Central nuclear de Chernobyl. Esta coincidencia ha hecho del parque en general y de su noria en particular uno de los mayores símbolos del triste destino de esta ciudad.
El Hotel Polissya e uno de los edificio más altos de Pripyat, y uno de los símbolos del desastre nuclear. Fue construido en 1975 para alojar a las delegaciones de la Unión Soviética y los huéspedes que quisieran visitar la Central Nuclear, por lo que su abandono es el recordatorio eterno de que ya nadie se acerca a ella.
Hasta el desastre de abril de 1986, el cine Prometheus de Pripyat era uno de los lugares más populares de la ciudad para reunirse y tener una tarde de ocio viendo películas o disfrutando de su cafetería interior. Hoy su bonita entrada sigue haciendo de recordatorio de lo efímero que puede ser nuestro estilo de vida.
Una última visita aérea