El tercer domingo de noviembre la “Ciudad de los Niños” cumplió 29 años y dialogamos con el padre Barbero y Silvia Sosa. Se refirieron al inicio de la obra, al espíritu de la misma y a la gran tallarineada a la que asistieron aproximadamente 3oo personas.

Camino hacia los 30 años el padre Barbero dijo esta obra está asentada en la familia y en una parroquia, como en aquel entonces, que atendiera a la gente.

“Estamos con esta inquietud hace varios años de acompañar a los chicos que están en una situación de vulnerabilidad. Esa vulnerabilidad no es solamente social sino que abarca toda la vida”, explicó.

En este sentido Silvia dijo que el proyecto y el sueño surgió en aquel tiempo para poder brindar un contexto de familia a los chicos que estaban en situación de desamparo y continuó con su relato: “Se pensaba como aquello que da la familia a sus hijos: alimento, vivienda, vestido, educación, que sean queridos, cuidados, la camita calentita y el olor a tostadas”. Dijo que estas son las imágenes que recuperan de este desafío inicial en la actualidad.

Señaló que de aquel tiempo a la actualidad la obra se fue ampliando. Al nombre “Ciudad de los niños” lo acuñó Monseñor Staffolani.
Sin embargo el padre Barbero aclaró que no pierden la perspectiva de la familia y la comunidad. 

En consonancia con esto, Silvia dijo que el espíritu inicial de la obra continúa. “El desafío grande es hacernos cargo de la vida de estos niños que tienen familia pero que por múltiples razones que se producen en la vida no pueden hacerse cargo de ellos”, explicó.

Aseguró que esta separación supone un dolor para los chicos, al cual no lo niegan pero procuran un espacio donde se sientan contenidos y acompañados en el que puedan crecer como personas, aprender a respetarse a ellos mismos y al otro. “Trabajamos todos los días para que puedan tener en el corazón la esperanza de tener una vida más tranquila y saludable para ellos”, expresó.

Silvia coordina hace 10 años, la tarea con las casas y los proyectos de la Ciudad de los Niños. El vínculo proviene desde el inicio de la obra como parte del grupo juvenil de la parroquia.

En qué consiste este trabajo? Silvia se refirió a eso. Aseguró que muchas de las cosas que los niños ven, son experiencias totalmente nuevas. “El meterse en una pileta de cierta profundidad en una agua transparente es una experiencia impensada para algunos e incluso ir al río Cuarto. Recuerdo haberlos llevado y estaban enloquecidos porque iban al río”, detalló.

En este sentido dijo que procuran que estos niños y jóvenes puedan posicionarse en la vida desde el agradecimiento y desde el derecho “para poder vivir la igualdad que hay entre las personas y que a la sociedad la cuesta ver”.

“Esta es la tarea que a diario se procura hacer, este es el camino”, concluyó.
 
TALLARINEADA
 
En el tercer fin de semana de noviembre la Ciudad de los Niños realizó la clásica tallarineada a la que asistieron 300 personas. Para hacer los tallarines se utilizaron 40 kilos de harina 0000 y 300 huevos.

Sin embargo lo que era incierto era la cantidad de personas que asistirían ya que según relató Silvia se invita a la comunidad que se vincula de una u otra manera con la Ciudad de los Niños y no tienen que avisar ni pagar.

Por esto Silvia calificó a la tallarineada como un milagro. “Es maravilloso ver que las personas preparen tallarines para un numero incierto de personas. Nosotros preparamos las mesas con el anhelo de que se llene y siempre se llena y tenemos que agregar mesas. Pero nunca faltaron los tallarines”, dijo.

Además señaló que asistieron los primeros chicos que vivieron en la Ciudad a los 4 y 6 años y por ende hoy ya tiene más de 30 años. “Han podido hacer su vida y cuando vienen acá es como su casa”, añadió.

Por su parte el padre Barbero destacó el acompañamiento de la comunidad para con la obra. 


 
Informe de Carolina Chiarotto