Con este resultado Boca finalizó segundo en su grupo, con 9 puntos, a uno de Nacional de Montevideo y seguido por Toluca, con 8, y Barcelona de Guayaquil, con 6.

El conjunto xeneize cerró su participación en el grupo a tono con su mal presente futbolístico, que tuvo su punto culminante en la inusual goleada que sufrió el domingo pasado (6-1) ante San Martín de San Juan en el torneo local.

Esta vez tuvo una ligera mejoría en la faz ofensiva en el segundo tiempo pero como contracara Juan Román Riquelme tuvo una mala noche y perdió dos pelotas que derivaron en el primero y en el tercer gol local.

En defensa continuó siendo una invitación al goce -nuevamente le convirtieron de cabeza, esta vez en dos ocasiones- y en el medio el mejor fue Leandro Somoza. Guillermo Fernández aportó su buen remate en el segundo gol y Walter Erviti deambuló sin sumar ni en ataque ni en defensa.

Bianchi apostó a poner lo mejor disponible en este partido pero su discreto funcionamiento y su fragilidad defensiva invitan a que el simpatizante boquense sueñe con un salto en el tiempo y un equipo remozado a partir de julio.

Para colmo sus jugadores no disimulan su nerviosismo y esta vez Agustín Orión y el uruguayo Emiliano Albín fueron los protagonistas de una discusión en pleno partido.

Quizás los retornos de Cristian Erbes y Ribair Rodríguez fortalezcan su medio campo, pero salvo un fixture muy favorable su horizonte en la Copa parece muy corto.

El Toluca, que ya le había ganado a Boca 2 a 1 en La Bombonera y reservó algunos jugadores titulares para el torneo mexicano, fue superior, manejó mejor la pelota y fue más profundo, y se quedó con justicia con la victoria.

El equipo de Enrique Meza terminó su historia en la Copa cuando lo goleó Nacional por 4 a 0, en Montevideo, la fecha pasada, pero bien pudo ocupar el lugar de Boca en los octavos de final.