La
celiaquía es una enfermedad autoinmune que provoca
intolerancia crónica al gluten, un conjunto de proteínas que se encuentran en el trigo, pero también en cebada, avena y centeno, los “Famosos TACC”.
Los síntomas en cada persona pueden ser diferentes. Algunos tienen estreñimiento, diarrea, inflamación, náuseas y vómitos. Si la enfermedad no se trata, se pueden tener riesgos muy serios para la salud, por esta razón, deben seguir una dieta que elimine por completo todo aquello que contenga TACC trigo, avena, cebada y centeno, ya que, dañan al revestimiento del intestino (vellosidades) originado que no se absorban los nutrientes y en casos extremos muertes por deshidratación y pérdida de potasio.
Es cierto que el gluten es muy perjudicial para las personas celíacas y a las que tienen sensibilidad al gluten no celíaca, pero no dejan de ser un porcentaje muy pequeño de la población, y hacer dietas gluten-free en personas que no tienen esas patologías es por un lado innecesario, caro, ya que los productos sin gluten suelen costar de 5 a 10 veces más, y con riesgos potenciales ya que el hecho de querer evitar el gluten puede llevar a una dieta con menos micronutrientes.
Sin embargo, hay quienes no son celíacos, pero aún así restringen la ingesta de estas comidas.
La gente sigue una dieta gluten- free, porque está de moda… Porque piensa que el gluten engorda y es el causante de todos los problemas con respecto a la comida (y que muchos no están causados por él, sino por dietas poco adecuadas en los que faltan alimentos básicos como frutas y verduras).
P
orque piensan que gluten-free es libre de harinas o hidratos de carbono. Y compran productos "sin gluten" repito, que son más caros, por miedo a aumentar de peso.
Hay alimentos sin gluten que tienen hidratos de carbonos como la papa, batata, choclo, frutos secos, lentejas, porotos y garbanzos, maicena.
El problema está en que muchos de los alimentos que contienen gluten coincide con que son alimentos más calóricos y que se comen en exceso: como es el caso de la bollería industrial y los productos procesados. Evidentemente, si evitamos o disminuimos el consumo de estos productos y los reemplazamos por alimentos frescos y más saludables, nos ayudará a controlar nuestro peso y a mejorar la sintomatología de sentirnos “hinchados”. Esto es así independientemente del hecho de que contengan o no gluten.
De hecho, muchos de los productos sin gluten pierden sabor y elasticidad (porque eso hace el gluten) y para conseguir una mayor palatabilidad se utilizan cantidades mayores de azúcar y de grasas trans siendo estos más calóricos obvio.
La falta de fibra es, además, uno de los problemas que podemos encontrar en una dieta sin gluten, así como la deficiencia en otras vitaminas que nos aportan estos cereales.
Privarnos de cosas que nos agradan, por miedo a hacer que el deseo aumente y se genere un descontrol alimentario. Tampoco hay que abusar del mismo aún siendo personas que lo toleran, pero de ahí a decir que TODO el mundo debería evitarlo en mi opinión es innecesario.