Lee Wachtstetter es una mujer de 86 años que desde hace siete decidió mudarse a un crucero, y asegura que es la mejor decisión que ha tomado.

Antes de trasladarse a bordo del barco, llevaba una vida normal, con su familia y en su casa. La única característica que la diferenciaba del resto era que, junto con su esposo, amaban los cruceros, lo que los llevó a embarcarse en estas experiencias unas 90 veces durante los 50 años que estuvieron juntos.

En el año 1997 su esposo murió de cáncer, pero antes de partir le pidió que no dejara nunca de hacer cruceros. Al principio la mujer no le hizo caso, pero unos años después se dio cuenta de que estaba sola en una casa de cuatro habitaciones que le costaba horrores mantener.

En ese momento decidió vender todo lo que tenía y avisarle a su hija que cambiaría rotundamente de vida, convirtiéndose en residente permanente de un crucero de cinco estrellas.

Hoy puede presumir de haber estado en el barco que eligió como hogar más tiempo que cualquiera de los casi 700 miembros de la tripulación. Durante los cócteles del capitán, ya es frecuente que la honren como la pasajera que hizo el mayor número de cruceros Crystal: 400 en total.